PARTE 1 CONCEPTOS GENERALES
Este fin de semana una borrasca cruzo la península ibérica dejando a
su paso unas lluvias torrenciales, que en los informativos comentaban que hay
que remontarse muy atrás en el tiempo para que exista comparación.
Llama la atención de los pantanos que hoy están a rebosar y la
semana pasada estaban con porcentajes muy bajos de capacidad. Largos periodos
de sequía seguidos de lluvias torrenciales que arrastrarán la tierra desnuda
por efecto de dicha sequía, será algo cada vez más habitual en nuestras
latitudes.
Estas riadas me recordaron los artículos que aparecían en distintos
medios de información españoles, en el mes de septiembre, en él publicaban la
opinión del experto
Peter Wadhams, hoy en día una de las máximas autoridades en el comportamiento
de los hielos del Antártico. El calentamiento global, generado por este sistema
industrial y el uso indiscriminado de combustibles fósiles, hace que se forme
menos hielo en invierno y se deshiele más rápido en el verano. Lo que en un
principio se pensaba que ocurriría sobre la mitad del siglo XXI, parece ser que
lo veremos alrededor del año 2016, que es el deshielo total del Antártico, en
verano.
Otros reconocidos
investigadores a nivel mundial, el Dr. Jasper Caballero y el Dr. Stephan Harrison, aseguraron en la
revista de divulgación científica Nature Climate Change, que ninguna medida mitigará el impacto del
cambio climático y que las políticas de los gobiernos deben apuntar a la adaptación,
ya que la estabilidad de la superficie terrestre se verá afectada, así como los
ecosistemas y sus habitantes: flora y fauna, incluyendo a los humanos.
O sea, que las medidas para paliar el calentamiento global, se deben
de seguir contemplando pero pasan a un segundo plano, ya que las actuaciones
más urgentes e importantes son adaptar los lugares y las economías a sus
efectos inmediatos.
Por si esto fuera poco, al derretirse el Ártico, comenzará a
derretirse el permafrost (grandes capas de hielo subterráneo) el cual contiene
materia orgánica que al contacto con el aire se descompone formando cantidades
ingentes de metano (gas de efecto invernadero) que causará un efecto dominó.
Dicha liberación de gas no está dentro de los cálculos realizados hasta ahora
sobre el comportamiento climático, ya que ni la comunidad científica es capaz
de cuantificarlos hoy en día y aumentara notablemente la velocidad del cambio
climático.
Quince científicos españoles multidisciplinares, la mayoría
catedráticos de distintas universidades españolas, además de investigadores del
CSIC y de otros organismos han trabajado en la elaboración de un informe en el
que se presenta una aproximación, actualizada al 2007, a los efectos del cambio
climático en España. Sin que sea de manera exhaustiva facilita las líneas de
trabajo más importantes a desarrollar por la administración española, para
paliar dichos efectos.
España por su ubicación geográfica tiene un clima, en invierno,
similar al del resto de Europa y en verano se asemeja al del norte de África.
Esto conlleva grandes contrastes térmicos y pluviométricos, produciéndose las
olas de frío y de calor con cierta frecuencia. Siendo las precipitaciones
escasas e irregulares, lo que ocasiona periodos de sequías alternándose con
abundantes precipitaciones, en casi toda la península.
El promedio de temperatura ha aumentado de forma general, siendo más
significativo en primavera y verano, dándose principalmente este aumento en el
último tercio del siglo XX y por encima de la media europea.
Dada esta situación geográfica y sus características
socioeconómicas, España es muy vulnerable al calentamiento global, viéndose ya
afectada.
Entre otras consecuencias, podemos citar como especialmente
importantes la disminución de los recursos hídricos y la regresión de la costa,
la pérdida de diversidad biológica y alteraciones en los ecosistemas naturales
(al no existir corredores que conecten las distintas áreas protegidas de la
península Ibérica, estas actuarán como islas ya que están rodeadas de un
paisaje totalmente antropizado por lo que muchas especies, tanto de flora como
de fauna, se extinguirán), aumento
en los procesos de erosión del suelo, además de las pérdidas de vidas humanas y
bienes como consecuencia del aumento de
fenómenos climáticos extremos (incendios, olas de calor, eventuales
inundaciones).
Las tendencias generales más
significativas es que la zona sur peninsular sufrirá una aridización y el norte
peninsular tenderá a un clima mediterráneo.
Por motivo de espacio me veo en la obligación de continuar en otro
momento pero no quiero finalizar
esta reflexión como si fuera un fin del mundo apocalíptico.
Es importante dar a conocer el hecho, que hacer frente al cambio
climático, en España, es una
inversión rentable ya que los
costes de actuación serán mucho menores que los de mitigación. Según el informe
utilizado dichos beneficios varían, según el IPCC (Cuarto Informe de Evaluación
IE4) con 1 euro invertido en actividades de mitigación daría un ahorro en
perdidas de 5 euros y según el Informe Stern el ahorro en daños sería de hasta
20 euros por euro invertido.
Cuanto mejor conozcamos los efectos del cambio climático,
podremos tomar decisiones más
acertadas sobre la gestión de los bosques, la agricultura, los recursos hídricos,
el litoral y los ecosistemas. Podremos mejorar la calidad y la fiabilidad de
las infraestructuras o promover la aparición de nuevas actividades y nuevos
nichos de mercado ya que aunque se restringen actividades contaminantes surgen
otras oportunidades. Así España podría reducir su dependencia de los
combustibles fósiles, mejorar la contaminación de las ciudades, repensar la
planificación del territorio, descongestionando las ciudades y fomentando las repoblaciones rurales, uso de
transportes más limpios, energías renovables, apostar por nuevas tecnologías y
la I+D+i
FRANCISCO GONZÁLEZ DÍAZ
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