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jueves, 25 de octubre de 2012

DONDE VAMOS A REPOBLAR Y EL CAMBIO CLIMÁTICO (I)

PARTE 1 CONCEPTOS GENERALES
Este fin de semana una borrasca cruzo la península ibérica dejando a su paso unas lluvias torrenciales, que en los informativos comentaban que hay que remontarse muy atrás en el tiempo para que exista comparación.

Llama la atención de los pantanos que hoy están a rebosar y la semana pasada estaban con porcentajes muy bajos de capacidad. Largos periodos de sequía seguidos de lluvias torrenciales que arrastrarán la tierra desnuda por efecto de dicha sequía, será algo cada vez más habitual en nuestras latitudes.

Estas riadas me recordaron los artículos que aparecían en distintos medios de información españoles, en el mes de septiembre, en él publicaban la opinión  del experto Peter Wadhams, hoy en día una de las máximas autoridades en el comportamiento de los hielos del Antártico. El calentamiento global, generado por este sistema industrial y el uso indiscriminado de combustibles fósiles, hace que se forme menos hielo en invierno y se deshiele más rápido en el verano. Lo que en un principio se pensaba que ocurriría sobre la mitad del siglo XXI, parece ser que lo veremos alrededor del año 2016, que es el deshielo total del Antártico, en verano.



Otros reconocidos investigadores a nivel mundial, el Dr. Jasper Caballero y el Dr. Stephan Harrison, aseguraron en la revista de divulgación científica Nature Climate Change, que ninguna medida mitigará el impacto del cambio climático y que las políticas de los gobiernos deben apuntar a la adaptación, ya que la estabilidad de la superficie terrestre se verá afectada, así como los ecosistemas y sus habitantes: flora y fauna, incluyendo a los humanos.

O sea, que las medidas para paliar el calentamiento global, se deben de seguir contemplando pero pasan a un segundo plano, ya que las actuaciones más urgentes e importantes son adaptar los lugares y las economías a sus efectos inmediatos.
Por si esto fuera poco, al derretirse el Ártico, comenzará a derretirse el permafrost (grandes capas de hielo subterráneo) el cual contiene materia orgánica que al contacto con el aire se descompone formando cantidades ingentes de metano (gas de efecto invernadero) que causará un efecto dominó. Dicha liberación de gas no está dentro de los cálculos realizados hasta ahora sobre el comportamiento climático, ya que ni la comunidad científica es capaz de cuantificarlos hoy en día y aumentara notablemente la velocidad del cambio climático.

Quince científicos españoles multidisciplinares, la mayoría catedráticos de distintas universidades españolas, además de investigadores del CSIC y de otros organismos han trabajado en la elaboración de un informe en el que se presenta una aproximación, actualizada al 2007, a los efectos del cambio climático en España. Sin que sea de manera exhaustiva facilita las líneas de trabajo más importantes a desarrollar por la administración española, para paliar dichos efectos.

España por su ubicación geográfica tiene un clima, en invierno, similar al del resto de Europa y en verano se asemeja al del norte de África. Esto conlleva grandes contrastes térmicos y pluviométricos, produciéndose las olas de frío y de calor con cierta frecuencia. Siendo las precipitaciones escasas e irregulares, lo que ocasiona periodos de sequías alternándose con abundantes precipitaciones, en casi toda la península.
El promedio de temperatura ha aumentado de forma general, siendo más significativo en primavera y verano, dándose principalmente este aumento en el último tercio del siglo XX y por encima de la media europea.  

Dada esta situación geográfica y sus características socioeconómicas, España es muy vulnerable al calentamiento global, viéndose ya afectada.
Entre otras consecuencias, podemos citar como especialmente importantes la disminución de los recursos hídricos y la regresión de la costa, la pérdida de diversidad biológica y alteraciones en los ecosistemas naturales (al no existir corredores que conecten las distintas áreas protegidas de la península Ibérica, estas actuarán como islas ya que están rodeadas de un paisaje totalmente antropizado por lo que muchas especies, tanto de flora como de fauna,  se extinguirán), aumento en los procesos de erosión del suelo, además de las pérdidas de vidas humanas y bienes como consecuencia del aumento de  fenómenos climáticos extremos (incendios, olas de calor, eventuales inundaciones).

Las tendencias generales más significativas es que la zona sur peninsular sufrirá una aridización y el norte peninsular tenderá a un clima mediterráneo.

Por motivo de espacio me veo en la obligación de continuar en otro momento pero no quiero finalizar  esta reflexión como si fuera un fin del mundo apocalíptico.
Es importante dar a conocer el hecho, que hacer frente al cambio climático, en España, es  una inversión rentable ya que  los costes de actuación serán mucho menores que los de mitigación. Según el informe utilizado dichos beneficios varían, según el IPCC (Cuarto Informe de Evaluación IE4) con 1 euro invertido en actividades de mitigación daría un ahorro en perdidas de 5 euros y según el Informe Stern el ahorro en daños sería de hasta 20 euros por euro invertido.

Cuanto mejor conozcamos los efectos del cambio climático, podremos  tomar decisiones más acertadas sobre la gestión de los bosques, la agricultura, los recursos hídricos, el litoral y los ecosistemas. Podremos mejorar la calidad y la fiabilidad de las infraestructuras o promover la aparición de nuevas actividades y nuevos nichos de mercado ya que aunque se restringen actividades contaminantes surgen otras oportunidades. Así España podría reducir su dependencia de los combustibles fósiles, mejorar la contaminación de las ciudades, repensar la planificación del territorio, descongestionando  las ciudades y fomentando las repoblaciones rurales, uso de transportes más limpios, energías renovables, apostar por nuevas tecnologías y la I+D+i


FRANCISCO GONZÁLEZ DÍAZ

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