Este
tributo no puede ser a otra persona que a mi padre. Él fue
quien,desde que nací, me enseño el arte de amar la naturaleza.
No
pasaba un día sin que me enseñase algo nuevo, ni un día sin que yo
dejase de aprender de él. Consiguió transmitirme la idea de
proteger lo nuestro y guardarlo para futuras generaciones,siempre que
había oportunidad me llevaba a un sitio nuevo,dejaba que yo
experimentase y descubriese por mi mismo el cariño que sentía por
lo que me rodeaba.
Desde
que nací me llevaba de viaje por todo el territorio español, pues
decía que nunca se cansaba de recorrerse cada lugar o cada paisaje
pues todos eran diferentes pero eran todos bellos. Y en ese momento
empezó a crecer dentro de mi la idea de que esto que mi padre
disfrutaba debía cuidarse y mantenerse para siempre.
A
partir de yo ir haciéndome mayor sus historias comenzaban a ser
experiencias mías, empecé a descubrir por mi mismo que me
sorprendería la naturaleza, y cada día que pasaba, mi interés por
“lo natural” no dejaba de acentuarse, hasta el punto de querer
vivir de ello.
Este
tributo es el pequeño reconocimiento a todo el trabajo y el cariño
que mi padre ha sabido transmitirme durante toda mi vida hacia el
mundo que nos rodea,como cuidarlo y respetarlo;siempre ha sido un
defensor de la naturaleza,pues como bien he vivido yo,él de pequeño
aprendió de su padre.
CARLOS COLOMER PÉREZ
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