En los espacios agrícolas extensivos, donde apenas
quedan restos de vegetación natural, una adecuada gestión que favorezca la
conservación del pasto en las vías pecuarias, puede hacer que estas tengan una
clara repercusión en la conservación de especies. Sus suelos profundos, ribazos
y zonas pedregosas sirven de refugio a micromamíferos, mustélidos, reptiles y
diversos grupos de invertebrados. Las aves de medios esteparios encuentran
también lugares adecuados para anidar entre los herbazales y el matorral de
las cañadas. Su importancia se refiere tanto a especies con áreas vitales
pequeñas (anfibios, reptiles, micromamiferos), como a otras con áreas vitales
mayores (aves, mamíferos) pero que utilizan los hábitats de las vías pecuarias
para actividades concretas, en momentos esenciales de sus ciclos o en
determinadas épocas del año.
Hay que recordar que su superficie es en pocas
ocasiones uniforme y con frecuencia presenta el añadido de áreas temporalmente
encharcadas o balsas permanentes construidas o acondicionadas para abrevadero,
que favorecen las poblaciones de anfibios. Por su carácter disyunto, estas
poblaciones poseen gran interés ecológico y biogeográfico.
En el caso de las aves, y en particular las de medios
esteparios, las vías pecuarias no sólo tiene interés como hábitat para
nidificación, sino que juega un papel también importante en su alimentación
como área trófica. La existencia de vegetación natural, con el importante
factor añadido que representa el ganado y sus excrementos, unido al hecho de
que los pastos de las vías pecuarias no han sido en general tratados con
insecticidas, son razones que explican el que las vías pecuarias mantengan una
fauna variada de insectos y otros invertebrados que, como complemento de una
dieta mayoritariamente granívora, resultan esenciales para esas aves en época
de cría.
Para las poblaciones más frágiles de plantas y
animales, en particular para la fauna edáfica, una característica relevante de
las cañadas, o buena parte de las mismas, es el no haber estado nunca
sometidas a abonado químico ni tratadas con sustancias biocidas. Representan
así un tipo de situación (naturaleza nunca contaminada) cada vez más
infrecuente en los países de nuestro entorno y, por lo tanto, de interés
creciente en los estudios naturalísticos referentes a los espacios agrícolas
más afectados por dichas prácticas.
Santiago Bayón Vera
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