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miércoles, 15 de octubre de 2014

Diario de un peregrino 8: RAQUEL


Nájera-Santo Domingo de la Calzada

Todos tenemos una persona en el Camino, o eso cuentan por aquí.

Amanece una fría mañana otoñal. Más fría que el mismo ambiente.
Los próximos 36km se me antojan un mundo. Me encuentro cansado y dolorido. Al final siempre se pasa factura.

A diferencia de los otros días hoy no quiero andar. El Camino y sus devenires han menoscabado mi ánimo. La pista sube sin descanso. Mi mente no consigue obviar mis dolores. Empiezo a plantearme regresar. Pero cómo abandonar el Camino? No es propio de mí, aunque en ocasiones la resignación parezca la mejor opción, te aseguro que no lo es.


Se suceden los viñedos. Ni tan siquiera 4km desde mi salida y me siento derrotado. Los peregrinos comienzan a adelantarme. De repente un parlanchín torbellino francés me adelanta preguntándome ahora en perfecto español: hola! Estas bien? Tras confirmarle que sí, tan solo algo cansado, me responde: Tú tienes una historia, dormimos en Sto Domingo, si quieres esta tarde tomamos unas cervezas. Ya formaba parte de la manada. 

En Azofra almorzaba con Raquel además de un coreano, un simpático alemán con dotes de mago, un canario, madrileño, brasileños... Un excepcional grupo. Todos unidos pero cada uno libre, ya que todos andan solos. 

Mi amigo coreano, del que jamás me aprenderé el nombre, es un apasionado de la cultura española y le obsesiona la pronunciación de cada vocablo. De una sola vez es capaz de aprenderse que me llamo Jose, con un dominio soberbio de la fonética "j" y que vengo de Valencia y así con todos. Pasaría horas observándole salido de un episodio de Doraemon o la Hellow Kittie. 

Felipe, otro figura, californiano afincado en Hawai, empresario y próximamente residente de Japón, apasionante.

David, aventurero madrileño, Domingo el canario en busca de experiencias. Dos japoneses que no saben español ni inglés, únicamente sonríen y afirman. Dos cachondos de Alicante y Cartagena y otra muchacha de Murcia superando su cáncer. 

Cada uno es libre, para dónde y cuándo quiere, toma la ruta que estime oportuna, conoce gente, se detiene cuando estima oportuno y los demás continúan, pero al final todos se apoyan. Excepcional.


El albergue de Santo Domingo de la Calzada está impecable y por tan solo 7€. Amplia cocina, salón, sofás, baños, incluso patio interior con los pollos de la catedral en honor al milagro. No saben la historia de los pollos que tan famoso ha hecho al pueblo? Pues la comparto.

Cuenta la leyenda que una familia de alemanes en Peregrinación a Santiago de Compostela reposó en Sto Domingo para venerar las reliquias del Santo. La hija del posado se enamoró del hijo adolescente de la familia. Éste la rechazó. La pérfida muchacha le escondió en su equipaje una copa de plata de la posada y lo denunció ante las autoridades locales que lo persiguieron, juzgaron y colgaron de un árbol.

Los apenados padres continuaron su Camino hasta Santiago. En confesión al apóstol éste les reveló que su hijo seguía vivo ante tan gran injusticia. De regreso a Sto Domingo, los padres visitaron al responsable del ajusticiamiento aduciéndole que su hijo estaba vivo. 
Éste que se encontraba comiendo, incrédulo, les espetó a los progenitores: "yo mismo lo colgué, vuestro hijo está tan muerto como el pollo que estoy comiendo". Acto seguido, el pollo y la gallina de su plato echaron a volar.

Y esta es la historia. Desde entonces se mantiene viva la leyenda y en la catedral podemos encontrar un pollo y una gallina blancos.

El ambiente durante la cena es de júbilo y amistad. Corren las botellas del buen vino riojano por las mesas que van aumentando el volumen de la conversación proporcionalmente al número de descorches. También las cervezas, las confesiones, experiencias particulares, los puntos de vista y los consejos, todo fluye entre este grupo de desconocidos que vive el Camino con la mentalidad abierta, sin antecendentes, rencores ni reproches, lo bueno de la confianza y la amistad pero sin sus inconvenientes.

Por fin suenan las 10 y es hora de las despedidas, pues hoy ha sido mi último día en el Camino de peregrinación a Santiago. Lo que no han conseguido los kilómetros, lo ha conseguido la logística. No tengo enlace posible desde Burgos hasta Valencia, así que mañana tendré que regresar a Logroño. Ésta ha sido mi última etapa sin yo saberlo. Así lo ha querido el Camino y así será, sin más preguntas ni reproches. He de volver a la realidad y seguir mi propio Camino.


A veces con poco es suficiente.

Que nunca nos falte
Un sueño por el que luchar
Un proyecto que realizar
Algo que aprender
Un lugar a donde ir y
Alguien a quien amar


.Jose Alemany

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