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miércoles, 5 de noviembre de 2014

El pinar de Liencres



En 1949 comienzan a fijarse los terrenos arenosos del sistema dunar, con la entrada en vigor de un consorcio a tres bandas entre la Diputación Provincial de Santander, Patrimonio Forestal del Estado y la Junta Vecinal de Liencres, que eran la propietaria de los terrenos del Monte Dunas de Liencres.
  
El Pinar de Liencres visto desde el Monte Tolio

Durante 24 años (hasta 1973), se realizaron diferentes etapas de reforestación sobre una superficie de 140 ha de las 195,5 ha totales que constituyen el actual Parque Natural, utilizando principalmente el pino marítimo (Pinus pinaster) ya que se trata de un árbol que se adapta muy bien a suelos arenosos y pobres en nutrientes, que puede alcanzar los 200 años de vida. En menor medida, se introdujo el pino piñonero (Pinus pinea) y pino de Monterrey (Pinus radiata) y, como complemento, se utilizaron diferentes tipos de eucalipto (Eucaliptus globulus) que en la actualidad forman un grupo muy importante. Con todo ello, en torno al pinar, se han desarrollado un conjunto de especies leñosas, orquídeas y herbáceas de carácter nemoral, que han aumentado la biodiversidad de todo el conjunto.

La funcionalidad del pinar es doble. En primer lugar se trata de conseguir frenar el avance de las dunas y, por otro lado, crear un lugar adecuado para el recreo al aire libre. 

Actualmente se trata de una masa densa sometida a un intenso uso recreativo y deportivo, así como zona de merendero y de aparcamiento durante gran parte del año, todo ello favorecido por su proximidad a los grandes núcleos de población como son Santander o Torrelavega.

Acantilados de la Costa Quebrada

En esta zona del pinar, se pueden desarrollar una gran variedad de actividades para el ocio como son, por ejemplo, las
rutas de senderismo, bicicleta, el running o las rutas a caballo a través de multitud de sendas y caminos que invitan a perderse para explorar el Parque Natural y que, como colofón, llegan hasta las grandes playas de Valdearenas y Canallave, donde se puede practicar todo tipo de deportes acuáticos, especialmente el surf gracias a las olas que entran del Mar Cantábrico en una zona completamente abierta, o los impresionantes acantilados de la Costa Quebrada (Ruta de la Geodiversidad) desde donde se puede contemplar un paraje excepcional. 

Cicloturismo dentro del Parque Natural de Liencres FOTO: rodadas.net

Todas estas acciones se han llevado y siguen llevándose a cabo para sensibilizar y concienciar a los visitantes sobre el elevado valor de un recurso natural único, que puede y debe ser conservado no sólo como herramienta para el ocio o el desarrollo económico, sino como legado a las generaciones futuras.

Por joterob 


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