Continuando con la
puesta en valor y difusión de este paraje natural al norte de Madrid,
procedemos a un breve repaso histórico que nos permita contextualizar y conocer
mejor aún si cabe esta zona con encanto.
Así, la historia
humana de La Pedriza comienza en la Edad del
Bronce, en unas fechas que podrían oscilar entre
1400-1200 a. C. El enclave del conjunto cerámico de "Los
Aljibes" hallado en La Pedriza denota ya el interés del ser humano por
esta zona. En el enclave en el que se han hallado pinturas rupestres,
fragmentos de encellas, piezas de hoz, armadura de flecha y hallazgos
metalúrgicos próximos parece ser un abrigo santuario, ya que aprovecha una
oquedad formada por dos tolmos de granito, con apariencia de dolmen, que
crea un espacio rectangular interior capaz de albergar a varias personas.
Boceto esquemático de la zona. Fuente: madteam.net |
Tras la ocupación
musulmana de la península ibérica, La Pedriza pasa a ser tierra
madrileña en el año 1152 por un privilegio del emperador Alfonso VII, al conceder al concejo de Madrid
la propiedad de los montes situados entre la villa y Segovia, desde el puerto
del Berrueco al de Lozoya. En el libro de "La Montería" de Alfonso X se citan algunas zonas de La
Pedriza al igual que otras zonas de la sierra.
Desde mediados del
siglo XIX la Pedriza fue utilizada como refugio de bandoleros aprovechando su
difícil acceso y su escabroso paisaje. Algunos de estos bandoleros gozarían de
fama por sus fechorías como la banda de "Paco el Sastre" o "Pablo
Santos". De la misma manera, docenas de personas se han escondido entre
los riscos y valles durante la Guerra Civil Española y el Franquismo.
De estos tiempos derivan algunas leyendas que posteriormente se mencionarán en
sucesivas entradas, leyendas conformadas sobre historias de princesas moras
repudiadas y secuestradas (Cueva de la Mora y del Ave María), bandoleros que
ejercían sus fechorías en el “Cancho de los Muertos”, etc.
Zona de las Torres, la Pedriza. Elaboración propia. |
Si bien, continuando
con la historia, en 1864, Casiano del
Prado explora La Pedriza y difunde la existencia y características
de esta zona de la Sierra de Guadarrama. También en ese año fue el primer
montañero que asciende al Risco del Yelmo, aunque probablemente pastores
lugareños anónimos lo hicieran con anterioridad. La primera ascensión invernal
al Yelmo la hicieron los alemanes Hanser y Ohsman el 14 de febrero de 1899. En 1886 se crea la
"Sociedad para el estudio del Guadarrama". Entre sus miembros se
encontraba Francisco Giner de los Ríos, cuyo nombre
se dio en 1915 al refugio de La Pedriza, que más tarde se renombraría al
refugio como José del prado y hoy vuelve a retomar el nombre originario de
Giner.
Posteriormente, en
la década de los años 1920 varios intelectuales de la Institución Libre de Enseñanza
destacaron el importantísimo valor ecológico que posee La Pedriza. Por ello
planearon la creación del Parque Nacional de Guadarrama para
proteger gran parte de la sierra de Guadarrama. Finalmente ese proyecto no se
puso en marcha debido a los cambios de gobierno y la Guerra Civil, sin embargo,
en 1930 fue declarado Sitio Natural de Interés Nacional, figura “intermedia”
que pretendía su protección en un momento coyuntural complejo.
En 1985, toda La Pedriza fue
protegida al crearse el Parque
Regional de la Cuenca Alta del Manzanares, una reserva natural de
52.796 hectáreas. En 1992
fue declarada Reserva de la Biosfera por la Unesco. Desde
principios de la década de los años 2000,
el gobierno de la Comunidad de Madrid junto al de Castilla y
León han llevado a cabo un proyecto para declarar como Parque Nacional de Guadarrama gran parte
de la sierra, incluida enteramente La Pedriza. De esta forma, en la actualidad,
y con reciente creación, toda la zona pertenece al Parque Nacional de la Sierra
de Guadarrama, con sus dos vertientes: la madrileña y la segoviana.
Tras este breve repaso histórico de
los principales hitos de la Pedriza, procederemos a ver en siguientes entradas
con mayor detalle las conformaciones rocosas, geológicas y riscos que en este
paraje se encuentran.
Un abrazo y saludos desde la
Pedriza.
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