Diario de un Peregrino Primitivo XI
Lugo - San Román de Retorta; 19kms
La niebla persiste. Lugo se encuentra inmersa en un mar de
nubes que ofrecen un ambiente espectacular.
La etapa de hoy es corta así que, tras el esfuerzo de ayer,
nos lo tomaremos con calma.
Cruzamos el Puente norte de salida de la ciudad, sobre el
caudaloso río Miño. En escasos 2 kilómetros nos encontramos atravesando bosques
de robles goteantes de humedad.
La criptoprecipitación es la lluvia horizontal, es decir,
aquella causada por la niebla y el rocía. Esta humedad es tan potente que
condensa en la vegetación y puede llegar a formar auténticos charcos en el
suelo. Muchas zonas, sobretodo del norte, pueden acumular en un mes mas
precipitaciones mediante este fenómeno que por la propia lluvia. De ahí su gran
importancia en el verdor que recubre cada piedra, cada árbol y cada elemento
del paisaje.
El ambiente grisáceo y la marcha tranquila predisponen la
aparición de la melancolía. El final del este Camino no anda lejos...
Pausa. Nuestros amigos franceses se encuentran hablando con
un operario municipal de un pequeño lugar. Pronto se entusiasma también con
nosotros compartiendo sus conocimientos sobre el lugar. "No hay un sitio
en Lugo que Juan de Muxa no haya pisado", a lo que siguen varios ejemplos
de lugares inimaginados y sitios increíbles que recorren acantilados que rozan
los cielos o cumbres donde siempre es invierno.
El entusiasmo es pegadizo y pronto recobramos el espíritu
que la niebla aletargó.
Un señor de unas 7 décadas o más, trocea un enorme tronco
usándose de una pesada hacha. Nuestro habitual y enérgico "Buenos
días" despierta en él la simpatía y se acerca presuroso para ofrecernos
unas manzanas que penden de las ramas de sus árboles. Es otra de las constantes
del Camino. Los paisanos se suelen alegrar de tu presencia, incluso muchos
detienen tu marcha para poder cruzar unas palabras con el peregrino, interesados
por su procedencia o destino.
A la hora de comer nos encontramos en un pequeño bar de San
Román. La dueña, camarera y tendera, nos aprovisiona de viandas para la comida.
Encontramos un pequeño albergue a 800 metros (las fotos no
invitan al optimismo). Grata es la sorpresa cuando el hospitalero, que se
encontraba dentro de su coche pasando las horas muertas, nos abrió la puerta.
Una vieja casa tipo refugio totalmente restaurada, con una
cocinita nueva y dos estancias separadas con 3 literas cada una. Como en una
casa rural (por 6€ la noche) nos montamos un picnic al sol en medio de la
montaña, rodeados de silencio y miles de árboles.
Una agradable tarde en el bar y por la noche una sesión de
cine improvisada, en cartel "The Way" (El Camino). Esta peli trata
sobre un padre cuyo hijo muere en el Camino. Ahora éste terminará el viaje que
comenzó su hijo.
No se puede pedir más. No lo haría aunque el día me hubiese
regalado tan solo un 1% de lo que me ha dado hoy.
***
Las grandes cosas comienzas con sueños pequeños.
.Jose Alemany
Gracias por esta linda publicacion, un saludo amigos mios
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