Diario de un
Peregrino Primitivo XII
(San Román de
Retorta - Melide - Riveriso; 38,6 kms)
Una extraña sensación
de repetición me ha abordado en las últimas etapas. Los tramos por carretera
parecen ser todos iguales y van perdiendo el encanto de lo salvaje de los días
anteriores.
Ayer estuvimos
analizando la situación de nuestra llegada a Santiago y el regreso a casa que,
inevitablemente es próximo, y al parecer la misa en la cual ponen en
funcionamiento el botafumeiro es la de los viernes a las 19:30. Nuestra llegada
está programada para el sábado perdiéndonos el evento.
Como objetivo y a
modo de incentivo nos hemos propuestos realizar 3 etapas en 2 días y poder ver
en directo el funcionamiento de tan antiguo mecanismo. Este nuevo plan nos
obliga a forzar la marcha.
Nos levantamos
temprano. Al cruzar el umbral de la puerta nos sorprende una frescura salvaje.
Rodeados de un denso bosque inundado de una espesa niebla. Una imagen helada,
estática, perturbada únicamente por el repiqueteo de las gotas que se
precipitan de las hojas al mecer una suave y fría brisa.
El sonido de
nuestros pasos avanzando a toda velocidad por un sendero empapado de rocío y el
graznido de alguna corneja que pone los pelos de punta, recuerdan a alguna
escena de terror.
Lentamente la bruma
se va disipando a medida que ascendemos y descendemos por los resbaladizos
caminos. Al paso por casonas y ganaderías encontramos a los lugareños atareados
con el tractor, la paja y las vacas. Me entretengo pensando lo curioso de como
nuestras existencias se cruzan coincidiendo en el espacio y el tiempo durante
unos segundo.
Ni un solo bar
hasta Melide donde poder descansar, es el encanto de Primitivo. De este modo
entramos en la ciudad de pulpo completamente agotados y doloridos. 27kms en 5h
30min sin pausa.
Casa Ezequiel o A
Garnacha, las dos casas del pulpo. La duda se resuelve cuando encontramos a
nuestro grupo en A Garnacha. Pulpo, oreja y cachelos (patata), todo muy bien
guisado, aunque la cercanía del Primitivo ya se ha perdido. Estamos en la unión
con el Camino Francés y esto es ya otro mundo, en que la población local saca
tajada y los peregrinos no se saludan entre si. Más de 240.000 peregrinos en
2014 (65% extranjeros) son cifras que asustan, aunque menos de 9000 por el
Primitivo.
Gustave y Claire
también se han propuesto llegar a la misa del viernes pero sus lesiones se lo
están poniendo complicado así que tienen previsto adelantar una etapa en bus.
Nosotros
continuaremos hasta Rivadiso y su genial albergue, antiguo hospital de
peregrinos totalmente restaurado que bien podría pasar por un resort rural
junto a un campo de golf. Pero no, se encuentra encauzado en un bosque de
rivera junto al río Iso.
La cena, siempre
hilarante, junto a Jorge, Jose Manuel, Juan Antonio, Jose Carballiño y Juan
Javier, en nuestra última reunión al rededor de la mesa.
Y como dice la
frase, no recordaremos qué contaron, no recordaremos de qué nos reímos, no
sabremos si hacía frío o calor, ni tan siquiera qué fue lo que cenamos, pero de
ningún modo olvidaremos cómo nos hicieron sentir.
***
Hay que estar
preparados para las despedidas. Muchas veces e oído decir aquello del que no
quiere volver a tener mascotas por no tener que verlas marchar. Todo en la vida
tiene un final. Con esta filosofía no emprenderíamos nunca ningún camino. Así
que la respuesta es siempre la misma, sí, arriésgate, emprende, conoce,
comparte, no tengas miedo a perder o a la despedida, pues en ti quedan la
experiencia, el recuerdo, las sensaciones y el sentimiento de lo vivido que
pagan la pena con creces.
.Jose Alemany
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