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domingo, 6 de diciembre de 2015

UNOS PLATOS DE ALTURA



UNOS PLATOS DE ALTURA

La gastronomía que nos encontramos en los pueblos que integran el Parque Natural del Penyagolosa, es una gastronomía contundente, tal y como requiere el duro clima de la zona, siendo muy típicos "la trufa negra" y setas como "el robellón", "el edulis" o "la seta de cardo".
Está basada fundamentalmente en platos de carnes, embutidos y legumbres, todos ellos acompañados de las típicas "patacas" (patatas) de Vistabella y guisados con mucho mimo, consiguiendo unos platos potentes para resistir las duras condiciones climatológicas de la zona.

Paco degustando un típico plato de potaje de judías.
El tombet es uno de los platos que podemos encontrar en todos los pueblos que rodean al Penyagolosa, podríamos decir que es el plato más representativo de la zona. Cada uno de los pueblos tiene su propia variante, pero todos tienen el cordero o el cabrito como ingrediente principal. El conejo con caracoles, llamado "caragolá de conill", las ollas de judías o garbanzos y la paella con "pilotes" y el "principi", elaborado con sangre, huevo y almendras.

 Tombet de toro de la hospedería de Sant Joan (monasterio).
             
Tampoco hay que olvidarse de los postres, como la "cascaranya", elaborada con masa de aceite, azucar y anisetes, de los "pastissets" de calabaza, boniato o cabello de angel, "rollets de anis" o "figues albardaes", que son buñuelos rellenos de higos secos.

Juanjo degustando las riquísimas rosquillas de anis y una cascaranya


Como colofón a la comida, se puede tomar un típico "cremaet" de coñac o ron, pero sin café. Consiste en una cazuela de barro con la bebida calentada, momento en el que se enciende y se flambea mientras pierde parte del alcohol, acompañada con corteza de limón, canela, granos de café y azúcar.

Foto tomada por Nora al final de la priemera comida del grupo en el monasterio.


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