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miércoles, 8 de febrero de 2017

S'ALBUFERA DES GRAU: La endémica lagartija de "S'illot d'en Mel"


La gran diversidad de lagartijas de las Islas Baleares tiene su origen en la historia geológica, cuando hace unos seis millones de años, la confluencia de la placa europea y africana bloqueó la comunicación del Mediterráneo con el Atlántico. El Mediterráneo dejó de ser un mar para convertirse en un desierto a 2.000 metros de profundidad, quedando reducido a una serie de lagos salados en el fondo de la cuenca marina. Fue lo que se conoce como la “Crisis salina del Mesiniense”, y fue entonces cuando muchas plantas y animales europeos, africanos y macaronésicos pudieron expandir sus poblaciones y ocupar toda aquella amplia región, incluyendo una especie de lagartija que se extendió por toda la cuenca mediterránea.

Imagen: jardin-mundani.blogspot.com.es




A partir del período cuaternario, el nivel del mediterráneo subió en altura y fue entonces cuando aparecieron los islotes costeros que conocemos hoy en día, aislando las diferentes poblaciones de lagartijas, fomentando una evolución independiente y peculiar en cada una de las islas y los islotes.

En la actualidad, los dos descendientes de este reptil, junto con el "ferreret" (Sapillo balear Alytes muletensis), son las tres únicas especies de vertebrados terrestres supervivientes de la fauna que pobló Baleares antes de la llegada del hombre. 









Imagen: Podarcis lilfordi spp lilfordi. Youtu.be/e3A6w_scYXg

«Las lagartijas se extinguieron en Mallorca y Menorca, probablemente en la época romana –explica Misericordia Ramón, catedrática de Genética de la UIB– con la introducción de depredadores que, como la comadreja o el gato, pudieron ser la causa de que la especie desapareciera. En cambio Ibiza y Formentera no fueron apenas romanizadas y quizás éste sea el motivo por el que la especie ha sobrevivido en las Pitiusas».


Las poblaciones sólo se conservaron en las Pitiusas, el archipiélago de Cabrera y las islas e islotes que rodean Mallorca y Menorca, evolucionando en cada una de ellas de forma diferente.


Estamos hablando de la especie Podarcis pityusensis, que es la que se conserva en Ibiza y Formentera, y Podarcis lilfordi, que cuenta con la peculiaridad de haber evolucionado de forma diferente a causa de su aislamiento en los diversos islotes de las islas gymnésicas (Mallorca y Menorca), hasta el punto de encontrar una amplia variedad de subespecies, que durante miles de años han evolucionado en condiciones únicas, concluyendo en una amplia variedad de tamaño, coloración y morfología que llamó la atención de numerosos naturalistas desde la primera mitad del siglo XIX.







Imagen: Distribución de las diversas subespecies de Podarcis lilfordi en la isla de Menorca. Oriol Perona.

Una parte de la historia geológica del Mediterráneo podría ser contada por las lagartijas, siguiendo la ruta de las secuencias del ADN. El estudio de la secuenciación de los genes permite esclarecer si los ejemplares de una población han evolucionado desde hace 2.000 o 3.000 años o si son fruto de translocaciones esporádicas (cambios de un sitio a otro) y acaban de llegar hace dos semanas en un yate.


En la parte occidental de s'Albufera des Grau, hay tres islotes ("illots") de pequeña superficie, siendo el de mayor extensión el que recibe el nombre de "S'illot d'en Mel". Aquí es donde podemos encontrar la única población de lagartija balear (Podarcis lilfordi) que habita en un islote INTERIOR.





 


Imagen: S’illot d’en Mel. Archivo del Parque


La importancia de conservar la lagartija en este islote ubicado en el interior de la laguna, condiciona la actual gestión del agua que se hace en s’Albufera, siendo necesaria para mantener el nivel del agua sobre unos mínimos establecidos para así evitar la llegada de potenciales depredadores, como gatos o martas, que podrían poner en riesgo su supervivencia.

 
Imagen: Posible depredador. Basili Enrich



La Podarcis lilfordi brauni es la variedad que ha evolucionado en medio de la Albufera des Grau, de un color verde – azulada que también habita en “l’illa de’n Colom”, una isla costera que forma parte del Parque Natural, junto a la costa nor-este de Menorca. Es de talla mediana, dorso verde oliva, azul en los machos adultos, y con rallas negras. La cola es verde malaquita y los miembros tienen manchas claras. Tiene el vientre gris claro metalizado y un elevado número de escamas.


Imagen: Podarcis lilfordi brauni. www.lacerta.de. Marten van den Berg


Respecto a su conservación en general, debido a la gran diversidad de condiciones de los diferentes hábitats donde habita, las amenazas son muy variadas, pero uno de los principales problemas fue el tráfico de este animal como mascota, muy buscado por los aficionados a los terrarios en Europa. Afortunadamente, el control actual de fronteras, junto a las medidas de protección y vigilancia han minimizado o eliminado casi por completo este problema, aunque continúan las amenazas en poblaciones concretas a causa de la introducción de especies domésticas o la excesiva presión humana por parte de los visitantes durante la temporada turística. 

Actualmente la Podarcis lilfordi, junto a sus subespecies, está protegida por el Real Decreto 439/1990, por la Directiva Hábitat y por el Convenio de Berna.


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