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martes, 21 de enero de 2020

El Gran Duque y otros señores nocturnos



            Soy los ojos de la oscuridad. Yo gestiono el tiempo en el que la luz queda al otro lado del globo y las criaturas del día se amagan y cobijan a la espera de que el astro rey vuelva a darles su momento, y los señores nocturnos llenan de vida este Paisaje Natural Protegido tan rico en biodiversidad.






Hablo con conocimiento de causa, pues mi actividad empieza en el atardecer, cuando estos individuos diurnos se preparan y posicionan para pasar a buen recaudo la noche, y los crepusculares y nocturnos empiezan a salir de sus guaridas deseando que el sol acabe por irse a dormir. Mi oído además es una herramienta infalible que me permite no perder detalle de lo que sucede a mi alrededor.


Tengo además la virtud de encontrar aquí estupendas atalayas que podríamos considerar “multifuncionales”. Hablo concretamente de la peña de la Foradá que se yergue sobre la Casa de su mismo nombre, con su forma desplomada mirando al norte que tanto gusta a esos humanos treparriscos que se reúnen muchas veces en sus paredes calizas.


 Así pues, a mi función de oteador/observatorio nocturno hay que añadir la de escuela de escaladores y la de trepadero del arruí, que también gusta de este espolón rocoso para subir a ventear sus melenas pectorales, con los vientos que suben del estrecho de Agost.

        Por lo que he observado durante años, y mis padres observaron antes que yo, esta roca resulta tener excelente calidad y diferentes dificultades para este deporte, por lo que se ha convertido en un referente en el mundo de la escalada deportiva, han taladrado y dejado pequeños hierros para esta práctica deportiva( hay más de 145 vías), pero también hay que decir que esta gente es muy respetuosa con el medio, no dejan basuras, respetan mucho la flora y fauna y utilizan los senderos sin realizar pateos innecesarios por el monte. Por ponerles un pero comentaría los voceríos que se suceden a veces cuando alguno de ellos pasa cierto miedo o tiene una caída que le lleva a dar un grito, bien de emoción o de impotencia, por no poder superar un lance concreto en su ascensión vertical.



Volviendo al mundo nocturno, como rey de la noche que me consideran y cabeza de la pirámide alimenticia en mi franja horaria, puedo garantizar que la riqueza de fauna nocturna en este Paisaje Natural es mayor de lo que muchos piensan.

 Jineta (Genetta genetta) 

             Observo muchas noches las prisas de la garduña en busca de presa, las jinetas trepando y correteando, y las artimañas del astuto zorro buscando siempre la manera de obtener alimento, rentabilizando su esfuerzo al máximo, pero también estoy al tanto de otras aves menores como mochuelos, búhos chicos y cárabos que también han encontrado aquí un hábitat idóneo.

 Garduña (Martes foina)


 Mochuelo (Athene noctua)


 Buho chico (Asio otus)


               Es por ello que aprovecho esta ocasión para pedir al lector que en sus salidas al campo (tanto en la roca, en la senda, como en bici) tenga en cuenta, mínimamente, las reglas básicas de conservación de la naturaleza, sea consciente que estos ecosistemas son mucho mas de lo que esta viendo en su visita, por lo que su comportamiento y actitud es muy importante para la conservación del mismo, e incluso para un mejor disfrute del propio medio; y que piense que si alimenta este espíritu respetuoso al que aludo, seremos todos los que salgamos beneficiados.




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