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martes, 2 de junio de 2020

ARTICULO 4, EL CULTIVO DEL ARROZ EN UN PUEBLO MUY PROPICIO PARA ELLO.

Sueca, población perteneciente a la comarca de la Ribera Baixa, dentro de un enclave espectacular y muy relevante para el cultivo de este cereal que necesita de un entorno y unas aguas con una calidad extrema para cultivar el mejor arroz del mundo. Como variedad por excelencia en casi todo el término se cultiva la variedad J. Sendra, por su alta resistencia a las plagas y su dureza en el tallo, ya que permite una fuerte resistencia ante vientos y lluvias, asegurando así una buena cosecha. Otras variedades también cultivadas, aunque en menor medida, son: Gleva, Soto, Sirio y por último Bomba. 


Empezaré comentando como se realiza el proceso tradicional para llevar a término este cultivo, para ello debemos saber que el cultivo tradicional se desarrolla al largo de todo un año completo.
Siembra.: Durante el mes de noviembre se realiza la perellonà (el llenado/inundación en los campos de cultivo) esta inundación se realiza mediante el paso del agua a través de las compuertas que se regulan en los pueblos de El Perellonet, la del Pujol y El Perelló, (de ahí su nombre) para alterar los niveles del agua.

Esta misión suele durar unos dos meses y ya en el mes de febrero se seca la tierra con la eixugó. Una vez empezaba la tierra a secarse se procedía a labrarlos mediante la “xeruga”. Como hemos dicho una vez tenían el campo sin agua procedían a remover la tierra con una mula que llamaban “entauladora de ganivets” (base de madera en la que solía ir de pie el labrador y justo debajo habían unos cuchillos que movían la tierra) mezclándola con el agua hasta obtener un barro fino, en la actualidad se utiliza la tracción mecánica, con la ayuda de un tractor provisto de una jaula, después de todo este trabajo el campo estaba preparado para la siembra y se llama “planter”. Continuaba con el “barrejat” que consistía en repartir las semillas “a voleo” por el campo. Después entre marzo y mayo el agua estancada se calentaba favoreciendo la germinación.

Cosecha.: En el mes de mayo, el tallo del arroz había crecido y entonces se procedía a su extracción y los sacaban en manojos (guaixos), así se llevaban al campo y se replantaban en línea recta y de espaldas para no pisar lo que habían plantado. Con la buena temperatura de la primavera el arroz crece de forma idónea también plantas perjudiciales como el gram, el llepó, el serreig i la llengüeta, se eliminaban a mano ayudados por una hoz, en la actualidad utilizan herbicidas.


Siega.: En la primera quincena de septiembre, con la espiga dorada, es el momento de su recolección. Se iba segando a mano con una hoz, se realizaban garbas y se colocaban en el margen para que perdiesen la humedad al máximo, ya que si volvían a germinar se perdía la cosecha, cuando se secaban las transportaban en un “carro de garbejar”.

Trilla.: Se transportaban a un “sequer” (espacio para el secado al aire libre), se separaba el grano de la espiga por medio de “forques” que así se soltaba el grano, luego lo “aventaban” con la pala lo lanzaban en dirección al viento para terminar de separar las pequeñas pajas que se habían quedado.
Secado y Almacenado.: Consistía en escamparlo mediante un rastrillo y como estábamos en verano con un clima de temperaturas muy altas, el secado era perfecto, tras amontonar el arroz ya estaba preparado para su recogida y almacenamiento en el granero por medio de sacos. El agricultor seleccionaba el mejor arroz para utilizarlo en la “barretxa” para cultivarlo al año siguiente.
Molido.: Para que todo este proceso sea apto para el consumo se debe moler el arroz que consiste en separar la cáscara del grano, una vez retirada la cáscara ya es apta para preparar todo tipo de exquisiteces en la cocina de población, por ello se la ha conocido siempre como SUECA “CIUDAD ARROCERA”

Todas las fotos han sido cedidas por Vicent Baldoví.

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