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miércoles, 24 de noviembre de 2021

Buuuulando por la Buuuusierra de Altomira:

Buho Real - Bubo bubo Orden Strigiformes; familia Strigidae
Seguimos con pájaros grandes, muy grandes. Como pasaba con el aguila perdicera, ésta tampoco es un ave que puedas regalarle a tu abuelita para le dé alpiste en el salón, aunque desde luego si tu abuela tiene afición a la cetrería, éste sería un gran regalo. Y es que el Buho real que encontramos en los roquedos, tajos y cuevas de Altomira es la más grande y letal de las rapaces nocturnas europeas. Eso sí es un depredador que nunca pierde su estilo: nuestro Buho por su carácter reservado y solitario es una especie de John Wayne de la Alcarria. Acorde con ese carácter si bien puede instalarse en los más diversos hábitats, suele preferir las zonas bravías de roquedales, tajos y cortados Se trata de un formidable animal que destaca por su corpulencia, sus temibles garras y una voluminosa cabeza en la que destacan unos curiosos ojos de color naranja que junto con sus penachos cefalicos le otorgan una expresión altanera y desafiante. En su plumaje destacan los tonos leonados, pardos y marrones. más oscuro en las regiones dorsales, más claro en la zona ventral y blanquecino en la garganta En vuelo lo reconoceréis por su poderosa trayectoria rectilínea y sus alas redondeadas que bate pocas veces.
Su territorio de caza puede llegar a ocupar los 80 km² y sus presas pueden estar tanto en el suelo como en pleno vuelo. Como los demás buhos caza normalmente por la noche, y suele preferir los espacios abiertos a los bosques, puesto que es ahí donde su silencioso vuelo, su visión nocturna y su agudeza auditiva, le proporcionan las mayores ventajas para atrapar roedores pequeños, conejos, liebres, ardillas, ratas, palomas, mirlos, y erizos. Incluso es capaz de matar zorros y cervatillos de hasta 10 kg de peso Viven alrededor de 20 años, una vida larga ya que no tienen depredadores naturales. En cautividad se han dado casos de ejemplares que han alcanzado los 60 años.
Machos y hembras -mostrando una envidiable cordura- suelen viviren soberana soledad hasta que llega el momento del cortejo que, por lo demás, no tiene muchas sorpresas, puesto que estos buhos suelen repetir con sus parejas. Así que llegado el celo buscarán un buen sitio para construir el nido y se llamarán con un sonido característico, diferente en cada pareja. Llegado el momento -al inicio de la primavera normalmente- la hembra pondrá 2 o 3 huevos, que incubará la hembra incuba los huevos mientras el macho consigue el alimento. Antes de que acabe la primavera nacerán los polluelos que seguirán bajo la estrecha custodia de la madre hasta que -pasadas unas tres semanas- serán ya capaces de alimentarse y tragar por si solos. A los dos meses comienzan a volar, aunque solo unos pocos metros, a los 6 meses ya están cubiertos de plumas y antes de que alcancen su primer año de vida serán expulsados del nido por los padres que no se andan con tantos melindres como los padres y madres humanos. Pero de lo que quería hablaros en esta entrada es sobre todo de la voz del Buho real de su voz y sus sónidos característicos. Su aullido característico que es un profundo úú-uu, que puede llegar a oírse a 2 km y que tiene un carácter individual, cada buho tiene su modulación característica y es eso lo que permite delimitar los territorios de caza de cada ejemplar. Según la Enciclopedia Virtual de los Vertebrados Españoles”. nuestros buhos reales no limitan su repertorio a ese clásico uuhu, más agudo en las hembras, sino que según las investigaciones de Martínez y Zuberogoitia “dispone de gritos específicos como kvék, wehe e incluso greck”. Todo un repertorio y esto sólo en lo que se refiere a su comunicación pública, porque la cosa cambia cuando la pareja anda cerca, especialmente si es época de celo, entonces el buho se vuelve dulce y zalamero -quien no- emitiendo sonidos tan entrañables como hohohoho y boubouboubou… que puede acabar derivando -ya en las distancias más cortas- en un sordo uh o uh-chu si la cosa se pone verdaderamente interesante. Por lo demás y superado el bajón romántico no nos puede sorprender escuchar al buho terrateniente su grito conocido como “risa satánica” y que según Martínez y Zuberogoitia, suena uáuáuáuáuáuá…

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