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domingo, 28 de noviembre de 2021

No sólo agua y piedra

Cuando hablamos de la diversidad natural en cuanto a la flora que encontramos en el entorno de Covalagua, debemos de tener en cuenta que, al tratarse de un entorno con una formación geológica tan particular, existen diferentes áreas con diferentes condiciones para el desarrollo vegetal.

Así, en la meseta elevada que conforma el páramo, encontraremos muy poca cobertura vegetal, ya que se trata de la zona con suelos más empobrecidos, rocosos y batidos continuamente por vientos desde cualquier dirección. En estas condiciones apenas prosperan tomillares y algunas herbáceas. Tan sólo en las dolinas, con suelo más profundo y al abrigo del viento, prosperan especies arbustivas con más porte.


Dentro de las dolinas puede crecer vegetación con más volumen.


Escasa vegetación en la superficie rocosa del páramo. Fuente: imagen propia.


También en las paredes calizas que conforman los acantilados encontraremos especies que se aferran a la roca caliza.

A medida que vamos descendiendo podremos encontrar también algunos rodales de pinares de repoblación, compuestos básicamente por pino silvestre, radiata y laricio.


Bosques de la parte baja. Fuente: imagen propia



Quejigo. Fuente: imagen propia



Pero es en las partes más bajas, en las laderas previas a los cortados rocosos y en el valle que forma el descenso del río Ivia donde encontraremos los bosques más densos y con mayor diversidad del entorno.


 Por ejemplo, en las laderas del norte, al abrigo de las paredes sobre las que se asienta el mirado de Valcabado, se asienta un hayedo compacto y extenso (110Ha aproximadamente). En la vertiente oeste, en la que se encuentra el valle de Covalagua, el hayedo forma un bosque mixto junto a quejigos, avellanos, tejos, acebos junto con espino albar, zarzamoras, etc.




Fuente: imagen propia


No sería raro durante nuestros paseos por estos bosques, que nos cruzásemos con alguno de los animales que pueblan esta zona. Entre ellos podremos encontrar jabalí, zorros, gato montés y ciervos, de los que hace años se intentó mantener una reserva en el entorno de la cascada que finalmente no prosperó. A esta reserva se trasladaban ejemplares excedentes de otra reserva que existe aún hoy en día en el Monte el Viejo de la capital palentina.


Pese a la persecución de la que ha sido objeto tradicionalmente en estas tierras, aún es posible ver o intuir la presencia de algún ejemplar de lobo, que parece querer regresar al que siempre fue su territorio. Quizás esta vez sea posible la convivencia.

Lobo ibérico en la Montaña Palentina. Fuente: Hermanos Ruiz Díez


En cualquier caso, este territorio, que como hemos mencionado está dentro del Geoparque de Las Loras, es especialmente favorable para las aves rupícolas como el águila real, el buitre leonado, el búho real, el alimoche, el vencejo real, el halcón peregrino…


Buitre leonado. Fuente: epueo.com
Buho real. Fuente: expertoanimal.com






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