Castillo de Alcalá la Vieja

  Castillo de Alcalá la Vieja un viaje al pasado.

Foto propia. Panel informativo.

A mediados del siglo IX los musulmanes levantan un castillo-fortaleza, la fortaleza Qal´at´Abd-Salam,  al otro lado del río Henares que, por sus excelentes condiciones estratégicas, formará parte del sistema defensivo de la marca Media. En ese momento Alcalá se encuentra en una de las más importantes vías de comunicación, la que unía Zaragoza con Córdoba,  a través de Toledo.

En 1118 Qal'at'Abd al-Salam fue conquistado por los cristianos, mediante un asedio desde los cerros Malvecino y de La Veracruz, pasando a manos del Archidiócesis de Toledo.

No obstante, la fortaleza levantada por los musulmanes continuó desempeñando un papel relevante durante el proceso de repoblación, que se extendió hasta el siglo xv.

Prueba de ello son las reformas emprendidas en el castillo entre los siglos xiv y siglo xv. Las más importantes fueron las impulsadas por Pedro Tenorio, arzobispo de Toledo.

En los siglos posteriores, la fortaleza fue poco a poco perdiendo importancia, hasta ser abandonada por completo y quedar en ruinas.

Foto propia. Entrada a la Fortaleza

Foto propia. Torre defensiva

El castillo de Alcalá la Vieja fue, en un principio, una simple atalaya, que los musulmanes construyeron, a finales del siglo x durante el califato de al-Hakam II, para defender el camino fluvial del Henares, ante el avance de los reinos cristianos por tierras de Al-Ándalus

Foto propia. Entrada a la fortificación

Los trabajos arqueológicos realizados en el recinto señalan que se trataba de una fortaleza triangular, de más de dos hectáreas de extensión, rodeada de ocho torres de la cuales actualmente solo se conserva la albarrana. En su interior se han hallado los restos de algunos silos y de un aljibe de planta rectangular cubierta con bóveda de cañón y con arcos fajones.

Foto propia. Extensión general de la fortificación