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sábado, 2 de marzo de 2024

Fuego y piedra: Los hornos de cal y el nevero.

En el Paraje Natural Municipal de La Murta y la Casella, en Alzira, se encuentran los vestigios de dos hornos de cal: el Horno de Cal Fray Domingo, junto al Monasterio de la Murta, y otro próximo a la pista de la Solana, en dirección al Racó de les Vinyes. Estos hornos, testigos silenciosos de una época pasada, nos hablan de una actividad económica tradicional que tuvo un papel importante en la vida rural de la zona. 


Fotografía de biker077


Los hornos de cal son construcciones cilíndricas de piedra seca donde se calcinaba la piedra caliza para obtener cal viva. La cal viva era un material esencial para la construcción, ya que se utilizaba para fabricar mortero, yeso y enlucidos. También se utilizaba en la agricultura para desinfectar los campos y en la industria para diversos procesos. 

Estos fueron construidos a principios del siglo XIX, y tuvieron un papel importante en la economía local. La cal que se producía en estos hornos se utilizaba en la construcción de casas, edificios y otras infraestructuras en la comarca de la Ribera Alta. Además, la actividad de los hornos generaba empleo y contribuía al desarrollo de la zona.



Fotografía de biker077



A mediados del siglo XX, la producción de cal en los hornos de La Murta comenzó a declinar. La aparición de nuevos materiales de construcción, como el cemento, y la industrialización del proceso de producción de cal, hicieron que los hornos tradicionales dejaran de ser rentables.

Actualmente, además de ser un importante patrimonio histórico y cultural. Son un testimonio de una época pasada y de una actividad económica tradicional que ha dejado huella en el paisaje de la zona.



Los neveros son construcciones tradicionales de piedra seca utilizadas para almacenar nieve y hielo durante todo el año. Se encuentran en zonas montañosas donde la nieve cae con frecuencia durante el invierno. La nieve se acumulaba en el nevero y se aislaba con materiales como paja, ramas y tierra para que se conservara durante meses. En este caso no tenemos indicios de abundancia de nieve en La Murta o La Casella, aunque sí se conocen épocas donde puede nevar o helar en las zonas más altas. 


En el caso de La Murta se construyeron por su humedad y por sus bajas temperaturas en la parte de la umbría. Era capaz de mantener la temperatura fría y era un lugar de almacenaje para secar las carnes y almacenar el alimento. 


Fotografía de biker077




Fotografía de biker077



el Nevero de la Murta, que tiene una capacidad de unos 200 metros cúbicos, se construyó en el siglo XVII y se utilizó hasta la década de 1950. Actualmente se pueden visitar con libertad, pudiendo ver el interior y pudiendo leer una pequeña descripción de su uso.

Suponen un testimonio de la capacidad de adaptación cuando no se tenían los recursos actuales y un demostración de que las personas vivían con la tierra, no sobre ella. 

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