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martes, 6 de agosto de 2013

Lo rural como recurso económico (1)






El paso del hecho patrimonial a que este constituya un recurso es el paso de la cultura a la economía y para muchos son dos aspectos que no deben mezclarse. La opinión más obvia; aquella que surge de la aplicación de la antropología al desarrollo de los pueblos y en este caso a medio rural, es que el patrimonio cultural puede y debe constituirse en recurso económico, respetando todos los valores culturales y preservando su integridad.
La tradicional visión de que el medio rural se encuadra dentro del sector primario, en que este espacio se basa en actividades agropecuarias y forestales, se ha transformado en la actualidad cuando vemos nuestros pueblos ocupados por segundas residencias, visitados por turistas y añorado por los habitantes de las ciudades.
El medio rural y sus valores son en sí un recurso que hábilmente utilizado puede ser tan provechoso, como la cosecha de la remolacha o la venta de terrenos. Pero parece que la virtud es la de compaginar el sector primario con el de servicios (rentas complementarias) y obtener un pueblo que viva de la tierra, respetándola en todos sus aspectos y aprovechando recursos que anteriormente sólo se consideraban valores culturales.
En el espacio rural encontramos recursos medioambientales, basados en el clima, paisaje, la vegetación, la fauna, en definitiva el entorno. Y otro tipo patrimonial, transformado por el hombre a lo largo de su actividad. Ambos bien administrados pueden constituir recursos y proporcionar beneficios a la sociedad. Las vías pecuarias son un conjunto de recursos medioambientales y patrimoniales, ya que en ellas, se unen la naturaleza y la cultura.

El recurso es por tanto la visión economicista de patrimonio, pero a este aspecto económico se le ha de añadir la visión social, que el recurso ha de respetar para que no se produzcan los deterioros que se están observando en otros conjuntos patrimoniales.
Dentro de una interpretación antropológica, se pretende dar una visión social del recurso y no solamente económica, hecho que ocurre al hablar del recurso turístico. Teniendo en cuenta y siendo conscientes de que el interés por “lo natural, lo rural y lo tradicional” es una moda que ha calado fuertemente en nuestro país, de debe aprovechar este hecho para de una forma ordenada, ofrecer la entidad cultural de cada zona como un recurso, en definitiva y aunque suene muy fuerte, vender la identidad como un recurso, como otros venden playas, monasterios o museos. La cultura tradicional es por tanto un recurso que debe comercializarse, pero antes debe estudiarse y ofrecerse con dignidad.
Santiago Bayon Vera

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