La alquería del Duc o de Don Alonso, una antigua alquería medieval fortificada construida durante el siglo XVI que fue utilizada como residencia de veraneo de la familia Borja, duques de Gandía.
Desde fuera podemos apreciar un robusto edificio de gruesos muros, de planta cuadrada, dos alturas y techo de teja árabe con vigas de madera. El carácter defensivo del edificio está definido por la presencia de tres garitas angulares en las esquinas, así como por la presencia de troneras y huecos en la planta baja. La alquería, catalogada como Bien de Interés Cultural, contaba con un patio interior y estancias destinadas a usos agrícolas (granero, almacén y habitaciones para el servicio). En el primer piso se encontraba la residencia señorial donde había un salón, una capilla y habitaciones decoradas con materiales lujosos.
La alquería fue propiedad en 1.568 de Domingo Aleixandre, un vecino de Gandia que la vendió en 1590 a Alonso de Borja, último hijo del duque Francisco de Borja, y responsable de hacer las reformas necesarias para convertirla en alquería señorial y lugar de veraneo. A su muerte pasó a manos de la viuda, Leonor de Noroña, en contra de la Compañía de Jesús (de la que el suegro fue prepósito general), que la retuvo entre los años 1593 y 1596. En 1600 pasó a manos del duque Carlos II de Borja por 1.700 libras. A mediados del siglo XVIII los duqueses arrendaron la explotación directa de la finca, que con los años pasaría a la Cámara Local Agraria hasta su desaparición, cuando el edificio revertiría en el ayuntamiento. Con la ayuda de un fondo europeo en los años 90 del siglo pasado sería rehabilitada y cedida a la Consejería de Turismo para convertirla en un Centro de Desarrollo Turístico y Escuela de Hostelería (CDT Alquería del Duc), centro donde imparten cursos de formación profesional centrados en la formación de cocineros y camareros.
Destaca un reloj
de sol de 1780, ante el cual se encuentran los restos de una
necrópolis paleocristiana de los siglos IV-VII. La cantonera
noroeste de la alquería no cuenta con garita, ya que en su lugar se
encuentran los restos de una torre de ladrillo que contrasta con el
resto del conjunto, de argamasa y piedra. Se trata de los restos de
una antigua torre defensiva del siglo XIV donde posiblemente se
efectuaría el relevo de las patrullas costeras que vigilaban el
litoral frente a los ataques de piratas berberiscos.
Es impensable la marjal sin esta edificacion, ya que es una señal inequivoca de que este paraje ha tenido relevancia desde tiempo atras y que si se han realizado esfuerzos para la restauracion y mantenimiento de la arqueria tambien deben hacerse para la marjal.
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