Nunca
había estado tan convencido sobre qué ha forjado en mí esta pasión o amor por
la naturaleza, en particular por la sierra, que ha conseguido convertirme en
una persona con un gran respeto al medio ambiente, con una visión y capacidad
crítica respecto a todas aquellas conductas, acciones humanas que tienen
directa o indirectamente influencia en el medio. Lo cual me lleva a intentar
concienciar a pequeña escala ( familia, amigos) de la necesidad de cuidar la
tierra, de tener una conciencia “ medioambiental”, y en particular de nuestro entorno más próximo, como es en mi
caso la Sierra Mariola.
Nací
en un pueblo al norte de la provincia de Alicante, Muro del Alcoy, enclavado en
la comarca del Comtat- Rodeado de
montañas como son la Sierra de
Mariola, del Benicadell, Serrella, Almudaina y Aitana. El pueblo tiene entorno
a 10.000 habitantes y está rodeado por el río serpis y un afluente muy especial
como es el rio Agres.
Desde
pequeño he vivido en el campo, pudiendo progresivamente darme cuenta de que es
lo que realmente me gusta y verdaderamente disfruto, que es poder libremente
disfrutar de mi sierra.
Gracias
a los familiares, unos padres que nada tienen que ver sus profesiones en el
mundo rural, pero que me han transmitido gran parte de la conciencia ambiental que al inicio comentaba.
Todos
los fines de semana, como ya un ritual en mi vida, subo a las cumbres de la
sierra Mariola, a disfrutar de una vistas privilegiadas, de un entorno
tranquilo y poder sentir algo inmenso: darse cuenta de lo pequeños e
insignificantes que somos y de la necesidad de trabajar para que generaciones
futuras puedan disfrutar de lo que a día de hoy nosotros disfrutamos.
Este
“ amor” por la sierra Mariola, empezó siendo una aventura, una “ muntà a la serra” con familiares, amigos
algunos fines de semana al año, lo cual me encantaba porque me imaginaba allí
arriba y me emocionaba, pues desde
muy pequeño me han
obsesionado las cimas, las
alturas, llegando a saberme la altitud sobre el nivel de mar de todos los
pueblos y sierras de alrededor, curiosidad que actualmente sigo teniendo.
Esas
excursiones más bien esporádicas a la Mariola, se convirtió, en la necesidad de
ir con mayor frecuencia, hasta convertirse en, como apuntaba, en un ritual, lo
cual no hace más que confirmarme que este lugar tiene algo especial…
Pero realmente
este interés en todo aquello que
tenga conexión con el medio ambiente
especialmente la botánica, geografía, aprovechamientos forestales,
educación ambiental se ha forjado desde hace 3 años, al empezar a estudiar el
ciclo formativo de grado medio de Trabajos Forestales en la Efa la Malvesia, y
que me ha permitido, especialmente las prácticas en centros de trabajo,
acercarme a una realidad profesional muy bonita, con la oportunidad de estar
realizando las prácticas en mi sierra, con grandes profesionales como es Vicent
Ferri de la Fundación Victoria Laporta Carbonell .
El
hecho de poder aplicar todos los
conocimientos teóricos y prácticos adquiridos en las clases a mi entorno, no
sólo me hace sentir muy feliz sino que hace nacer en mi una inquietud por
aprender más y más.
Afortunadamente
tengo amigos que comparten esta pasión, y aunque son pocos no dudan en
acompañarme cada vez que tengo que hacer un pequeño trabajo de clase, o
simplemente porque necesitamos reflexionar y consideramos que no tenemos a
nuestro alcance mejor lugar para ello que subir a una de las numerosas cumbres
de la Mariola, que nos ofrecen espectaculares vistas, y que nos incitan a pararnos a pensar lo
que es realmente importante. Así, pues, cada madrugón, días de limpieza por el
monte, pues tristemente son muchos los que confunden el monte con un vertedero,
y la acción de los poderes públicos es escasa, o las noches haciendo vivac con
los amigos han forjado una estrecha relación entre una persona y un lugar .
Andrés
Jover Quilis 1ºGF
EFA "La Malvesía"
Curso 2015/16
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