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domingo, 28 de febrero de 2016

PRINCIPALES VALORES QUE SE PROTEGEN

El Parque Natural de la Albufera de Valencia, con 21.000 hectáreas de superficie, constituye uno de los espacios naturales más representativos e interesantes de la Comunidad Valenciana, y se ha reconocido su valor en el ámbito nacional e internacional, constituyendo un magnífico ejemplo de la interacción hombre-naturaleza en la generación de paisajes y formas de vida de excepcional valor e interés. 
La Albufera de Valencia, localizada a unos 15 kilómetros del extremo sur de la ciudad de Valencia, constituye el mayor lago de la Península Ibérica. En torno al lago de la Albufera, antiguo golfo marino cerrado por una restinga o cordón litoral y alimentado por las aguas dulces de barrancos, acequias y surgencias denominadas ullals, se localiza uno de los paisajes humanizados tradicionales más interesantes del mediterráneo español y una de las áreas de mayor valor ecológico de la península.
El Lago de la Albufera es, junto con el marjal y la Devesa, uno de los ambientes esenciales del Parque Natural con una superficie media de unas dos mil ochocientas hectáreas, de las cuales 350 son de vegetación palustre. En él hay que diferenciar, de una parte, las aguas libres y, por otra, las orillas y matas, cuya conjunción posibilita el desarrollo de su característica diversidad de comunidades vegetales y animales.

Los ecosistemas dunares tienen un elevado valor ecológico por la especialización de las formas de vida que albergan, debido a la extremada aridez del medio como consecuencia de la permeabilidad de la arena, la elevada salinidad originada por el viento salino, las altas temperaturas que puede alcanzar la arena y la baja consolidación del sustrato.

La mayor diversidad botánica de este ambiente favorece la existencia de distintos grados de cobertura vegetal que permitirá el asentamiento de una fauna muy variada, de características termófilas y de amplia distribución, similar a la propia de un matorral o de una maquia. Los matorrales densos de coscoja, palmito, labiérnagos, lentiscos, aladiernos, etc. se cuentan entre las formaciones más interesantes y peculiares de la Devesa de la Albufera.
La necesidad de protección integral de estos espacios queda, pues, fuera de toda duda, siendo imprescindible el desescombramiento, des aterramiento y recuperación de todos aquellos ullals que hayan sufrido algún tipo de degradación.


                                                                  foto de internet




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