En la Sierra de La Pila quedan restos de algunos Pozos de la
Nieve, localizados al pie del Pico de los Cenajos, cerca del Mojon de las
cuatro Caras.
Estos pozos de nieve se construyeron en el siglo XVII, para
obtener depósitos de hielo, mediante la acumulación de nieve en su interior
durante el invierno, con el fin de hacer frente a las demandas de este eficaz
conservador de alimentos y refrescos ante los fuertes calores del verano,
utilizándose incluso para tratar algunas enfermedades.
Los pozos se ubicaron en zonas de umbría, donde la
insolación es menor, construyéndose en parte excavados sobre los depósitos de
ladera aprovechando la pendiente para una mejor evacuación del agua de
deshielo. Eran construcciones cerradas, de forma cilíndrica el cuerpo del pozo
y con una cubierta cónica, que sólo estaba abierta al exterior por una o dos
puertas para llenar y vaciar el pozo, y unos pequeños orificios en la base para
dar salida al agua de deshielo de su interior. Los materiales empleados en su
construcción fueron la piedra, arena, cal viva, yeso, madera, etc.
Los “neveros” eran los trabajadores de la nieve que para
obtener el hielo recogían la nieve y la introducían en los pozos, compactándola
hasta transformarla en un gran bloque helado, separado por varias capas de
esparto, para obtener placas del grosor adecuado, que después cortaban en
pequeños bloques, que envolvían a su vez con esparto para su conservación y los
transportaban en mulas a los pueblos y ciudades de la comarca para su comercio.
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