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martes, 10 de noviembre de 2020

Circos glaciares, ibones y praderas alpinas

 

Un poco más abajo, el terreno comienza a "estabilizarse". Y encontramos otro de los elementos que caracterizan a este Parque: su modelado glaciar.

Como ya comenté en la introducción, en el propio Parque encontramos también la figura protegida Monumento Natural de los Glaciares Pirenaicos, la cual pone de relieve los hielos perpetuos, las morfologías glaciares singulares y la flora y fauna endémicas.

Son varios los glaciares a lo largo del Pirineo que forman parte de esta figura protegida, en el Parque Natural Posets-Maladeta encontramos los del Perdiguero, Maladeta-Aneto y Posets o Llardana, los que se encuentran más al este del mapa siguiente.

 


Mapa del Monumento Natural Glaciares Pirenicos


En las zonas en las que ya no existen estos hielos perpetuos, son visibles las marcas que estos han dejado en la montaña: crestas, circos glaciares, las diversas morrenas, ibones, valles en forma de U...



Ibón del Sen. Valle de Gistaín. Foto propia.





Izquierda. Ibón de Cregüeña, el ibón no represado más grande del Pirineo.

Derecha. Valle en U. Fotos propias.





Tresmiles fronterizos con Francia, apenas la vegetación está presente.
Ibones en circos elevados -morrenas frontales- e ibones valle abajo. Valle de Remuñe.
Foto propia.



La altitud que hay hace que la nieve sea otro factor fundamental en la forma y la vida del parque. No solo los glaciares dejan su impronta, la nieve hace que la vida se adapte a ella, pues a cierta altura está presente muchos meses del año. 



Avalancha bajo el Sellan de la Baca, 3.108 m. Foto propia.



Restos de avalancha, así se ve al derretirse la nieve.
Cerca de la cabaña del Turmo, sí, la de la canción. 



Las nevadas son parte de la vida en invierno, aunque cada vez menos. Los mayores cuentan como antes, hace más de treinta o cuarenta años, las nevadas eran más frecuentes y llegaban más a los pueblos. Ahora raro es el invierno que deja una buena nevada en el valle, cubriendo los pueblos.

Pero sigamos en la montaña del Parque, en la que según descendemos en altura, poco a poco, se van apreciando manchas de hierba e incluso alguna mata, muchas veces entre pedregales, otras bordeando ibones, creando lugares que parecen ser más amables,   y por lo tanto más habitables.



Macizo del Posets, crestas, glaciares, pedreras, escasa vegetación a menor altitud. Foto propia.




Collada Gargallosa, a casi 2.700 m. Roquedo, praderíos, bosques, vega del río. Foto propia.

A esta altitud también se pueden aprecian lagos de montaña de origen glaciar que se han colmatado, debido al relleno por sedimentos y restos vegetales dando lugar a turberas, terrenos musgosos y anegados que forman canalilllos y orillas arenosas.




Pleta de Clarabide. Foto propia. 




Plan de Aigüalluts. Aneto al fondo.


Estas zonas también son territorio de las marmotas, cuyos silbidos atraen la vista de los visitantes a lo largo de sus excursiones. Este simpático animal se extinguió del Pirineo hace 15.000 años, pero en los años cuarenta fue introducida en la vertiente francesa la marmota alpina con la finalidad de disminuir la presión de la depredación del águila real sobre el sarrio. En España, la primera cita de su presencia parece que fue en 1.968 en el valle de Otal, Huesca. Desde entonces se la puede ver abundantemente en todo el Pirineo. 



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