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domingo, 21 de noviembre de 2021

En la profundidad

En el interior del Capurutxo hay un mundo oscuro, donde habitan los vampiros y ninguna luz llega allí.

Su entrada más famosa es La Cova Santa, su nombre, cuenta la leyenda que la cueva alberga en su interior una imagen de virgen, no se si fruto de la imaginación, del delirio o de las formaciones de tierra caliza, sumando las humedades, fueron los responsables de esta imagen.


Imagen virgen, foto propia

No todo el mundo puede alcanzar este sitio, pues por el camino de subida a la cruz hay un sendero estrecho a mano izquierda, por el cual hay que desviarse, y llegado un punto, desaparece la tierra y aparece una peña enorme sin ningún tipo de rastro para poder guiarnos, si no fuese por mi guía, no hubiese llegado, pues hace más de 10 años que no volvía.


Entrada Cova Santa, foto propia

Una vez llegamos, nos sentamos a descansar en el interior, se respiraba el silencio, la paz. Estuvimos hablando sobre las pintadas que la gente hacia en la pared de la cueva, mi guía que es mi pareja, me contó que en el año 1994, las brigadas forestales de Imelsa (Diputación), fueron las encargadas de borra las huellas de vándalos, incrustadas en la piel de la roca, manchando con sus nombres la historia, el ascenso por la senda cargados de materiales para poder eliminar ese tono rojo que tanto se veía. Este que se ve en la imagen, persistió.


Interior cueva, foto propia


Nos pusimos a entrar, ya con los frontales, y allí nos esperaba uno de los propietarios del lugar, huéspedes en su morada, intentamos no perturbar su descanso, pudiendo deleitarnos de su presencia a las 11h de la mañana, uno de los vampiros cupasangres de esta historia. Os lo presento!!

Murciélago, foto propia


Es extraño verles tan cerca de la salida, la gran mayoría de murciélagos se alberga en el interior de las cimas, donde solo podemos llegar haciendo un descenso. Es allí donde se pueden apreciar la formaciones de estalactitas y estalagmitas enormes, donde las personas con su presencia no las rompen ni deforman, pudiendo hacerse grandes.

Hace tiempo cuando la gente bajaba mas a menudo, tuvieron la idea de poner un libro, con un lápiz, para que todo aquel valiente que llegase a lo más profundo, rubricara allí, dejando su marca en la historia, sin romper nada. También dejaron una botella de vino, que seguro con el tiempo termino por picarse.

En la parte donde nos encontramos, vemos unas pocas formaciones, su pequeño tamaño es debido a los roces de cascos y descuido de los visitantes.


Estalactitas, foto propia



Terminada la visita a la cueva nos dirigimos al poblado ibero de la Mola de Torró, hay poca documentación de este poblado, pues el escarpado terreno y la dificultad de llegar cargados tan lejos con el material necesario para su conservación, a creado un deterioro significativo, las plantas le ganan sitio y lo camuflan con la vegetación.


Poblado íbero Mola de Torro, foto propia

 

Tampoco hay ningún indicador para llegar al lugar, no he encontrado esta información en internet y el ayuntamiento ofrece poco, pero in situ pude ver los trozos de vasijas y materiales antiguos que siguen por la zona, esperando que algún día alguien cuente su pasado.


https://www.celaontinyent.es/cueva-cova-santa-de-font-la-figuera-valencia/


Este enlace explica la anécdota de unos chicos de Onteniente que bajaron y documentaron el lugar, parece mentira que ningún vecino del lugar pudiera hacer este gran trabajo, por comodidad o por recelo a mostrar lo que se considera propio.


En la proxima entrada, os comentaré sobre todo lo que podemos hacer en La Font.


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