Arte y usos

 

Es también notable la gran cantidad de utensilios tanto agrícolas como del hogar de procedencia de vegetal. En el caso de especies del monte por citar algunas son el cerrillo para trenzados base como la pleita o recincho y para terminaciones y asas. Caso especial el del esparto, que es de los más variados objetos que se pueden conseguir, como capachas, caracoleras, baleos, esteras,…

 

Espartizales. Foto propia

También para cuerdas, como los vencejos, que son para atar los haces de mieses de la siega. Además existe una técnica que con haz de centeno cosida en espiral y un cordelillo de esparto se hacían los escriños y amplios cestos, eran para guardar el pan, llamadas “panaeras”. La anea para sillas, botellas y garrafas.

Con la madera hacían muebles, sillas,… y para el campo, para astiles, horcas, garrotes,… destacando retamas, espinos, chaparros, sabinas o pinos. Para el curtido de pieles, con curtientes vegetales y “greda”, que es arcilla. Para hacer las escobas de las casas, era con cerrillo y boja; y las talleras y pan de pastor al ser más fuertes eran en cambio para escobas de corrales y eras.

La lana era muy importante, con el esquileo de las ovejas, su fin era la venta y para relleno de colchones. Las pieles también se usaban para venta a los llamados “pelliqueros”, eran personas que se pasaban por las aldeas y las recogían, y también se dejaban en los pies de las camas.

La arquitectura de la zona, tampoco era una excepción el emplear materiales locales, como la piedra, tanto losas, bolos y sillarejos; tierra para las tapias y cal de las caleras, y vegetales para cubiertas, dinteles y forjados.

La gran diversidad de usos de los montes no tenía parangón. Como en este caso, también se podía usar el monte como si fuera la “floristería del barrio”. Se recogían amapolas, palomillas, mayos, el San Juan, las varitas de San José, los zapaticos de la Virgen o las lilas como ofrenda a la Virgen y a Cristo en los altares.

Zapaticos de la Virgen. De Asturnatura

También las plantas tienen sus uso para las distintas dolencias que pudieran afectar a los animales, pues entonces eran su medio de vida por un lado como herramienta para labores y por otra por fines alimenticios. Tal es el caso como usar el esparto para las diarreas de los corderos, que se les ataba una soga al rabo; o la corrujía para cicatrizar heridas.

 

Para el moquillo de los perros se utilizaba también el esparto, colgándoselo al cuello en forma de soga. 

 

Tras la siega, para que las mulas se recuperasen, las llevaban a que se dieran baños en los lodos de las lagunas por su valores terapéuticos. Y Para expulsar los fetos abortados se usaba la ruda.

 

Volver