Hoy es un día de despedida, Santiago, Marie-Claude e Irati se quedan en Marimpoey y nosotros seguimos nuestras vacaciones, comienza la aventura Gala en dirección al Norte, hoy nuestra ruta tiene tres puntos muy especiales, las Landas, la duna más grande de Europa y terminamos en la ciudad portuaria y capital de la región de la Aquitania, Burdeos. Hoy tenemos un desplazamiento aproximado de 250 km.
Cuando nos aproximamos a la ciudad de Sabres, donde se encuentra la estación de tren que nos adentrara en el bosque hasta el recinto de Marquèze ya podemos apreciar que el bosque de las Landas fue plantado por el hombre, luego descubrimos que así fue, en el siglo XIX con el fin de sanear las marismas y fijar las arenas movedizas de las dunas del litoral. Ahora constituye el mayor macizo forestal de Europa. Para los estudiosos de los proyectos de interpretación debemos indicar que ya en 1969, el Parque Natural Regional de Landes de Gascone pone en marcha el proyecto de creación de un ecomuseo, sería uno de los primeros de Francia y quizá de Europa, dirigido hacer comprender la originalidad de la cultura y de la historia de este territorio. Y mira que lo consiguen ya que después de 40 minutos de trayecto de tren nos detenemos en un lugar donde parece que se ha detenido el tiempo, allí se mantienen las casas solariegas, apriscos, hornos de pan, molinos de agua y la cultural de la resina que dan testimonio del sistema de vida de los hombres y mujeres del siglo XIX, además frente a la estación de Sabres, se encuentra el Pabellón de Marquéze que, a través de una moderna exposición centra al visitante en la historia de las Landas de Gascone.
"El hombre y las landas", el resinero, los sindicatos, los incendios, el cuidadoso trato a los árboles, desde el punto de vista de un profesional de la interpretación del patrimonio natural y cultural el ecomuseo de la Marquèze es un espacio altamente recomendado y además tenemos que apuntar que son amigos de los animales, así que Nico pudo disfrutar tanto de la visita como nosotros.
Después salimos dirección noroeste, la Duna de Pila o Dune du Pilat, la Duna más alta de Europa, un lugar único, una maravilla de la naturaleza que ha sido cuidadosamente creada por la naturaleza y es cierto que es necesario subir sus 100 metros de altura al menos una vez en la vida, es un lugar mágico.
Quizá nuestra próxima parada no la hicieramos bien, Archachon, ciudad que da nombre al la Bahia, la masiva afluencia de visitantes quizá atraídos por el mar o la proximidad de la duna hizo que nuestra experiencia no fuera positiva, además de coger mucho tráfico a la salida dirección Burdeos.
Burdeos es una ciudad que quedara en nuestra retina, además el atardecer fue precioso sobre el río Garona y la presencia del arco se San Martín, rápidamente buscamos el hotel donde pasaríamos nuestra primera noche de ciudad, el elegido el Hotel Opera, en positivo la situación céntrica y que son amigos de los animales, y en negativo quizá las habitaciones son pequeñas (aunque el precio es asequible) y la dificultad que para hacer el check in hay que hacerlo en otro hotel próximo.
La ciudad es muy atractiva y cuida, con mucho ambiente por la calle, lo que le ha hecho ganar el galardón de mejor destino europeo en 2015 y desde 2007 figurar en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO, así cuenta con más de 350 edificios declarados o inscritos en la lista de monumentos históricos y siguiendo con la tradición del camino de Santiago tiene 3 edificios religiosos inscritos como parte de la ruta Jacobea.
De la gran variedad de espacios para cenar elegimos la Braserie Le Garage, muy cerca del centro en la Place du Palais, un lugar que encontramos por casualidad y que recomendamos por el ambiente, el servicio y el detalle de contar con platos vegetarianos.
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