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miércoles, 18 de noviembre de 2020

EL CORAZÓN A MIL

Una de las primeras cosas que hice cuando me dieron el alta domiciliaría fue acercarme al parque de Bertiz, de niña había oído hablar del Palacio de Aizkolegi y todavía no lo conocía, hoy estaba decidida a verlo, al entrar al bosque, pensé " Myrian con cabeza, que acabas de pasar el covid y no sabes como estas, sino te ves bien te das la vuelta", pero una vez que me metí en el bosque me olvide de todo.

Me adentre por la parte este del bosque, aunque sea un parque natural y tenga su entrada principal, hay  posibilidad de entrar y salir por diversos senderos y adaptar tus paseos.

Era un día por la mañana, entre semana, y no había nadie, tras los fuertes vientos la imagen impactaba, arboles grandísimos habían caído sobre el sendero, hacía viento, las hojas caían, las ramas crujían, se oía perfectamente el ruido de animales pasando cerca de ti, y yo con el corazón a mil por hora. 


Bosque de Bertiz- Foto Myrian Blas

Seguí caminando decidida en llegar a la cima, que es donde se encuentra el palacio, y fui disfrutando del un bosque tan mágico como el de Bertiz, con sus hayas y sus robles.

A lo largo del camino, también vi en los arboles varias cajas nido de Murciélagos de las que no tenía conocimiento, otro día posiblemente os hablare de ellas.

Cajas nido de murciélagos- Foto Myrian Blas

Al finalizar el sendero, me encontré con una pista, que era con la que en su día ascendería la familia Ciga- Bertiz para pasar el verano, pensé, que pronto llegaría al palacio pero seguía caminando y el palacio no aparecía.
 Al fin vi en lo alto el Palacio.

Bosque de Bertiz con palacio al fondo- Foto Myrian Blas


Ya no quedaba nada para llegar, una recta, un giro y a la vuelta, las escaleras de entrada al palacio.



Escaleras Palacio- Foto Myrian Blas



Palacio Aizkolegi- Foto Myrian Blas


Que alegría! Que maravilla!
Aunque como podéis apreciar en la foto, actualmente el Palacio es un edificio en ruinas, en desuso pone en la guía del parque, supongo que suena mejor. No se...tal vez la falta de presupuesto.
Aún así merece la pena subir, excelentes vistas!  y un palacio modernista, en ruinas, pero mágico, que aparece y desaparece en la cima los días de niebla.
Además de que puedes imaginar perfectamente como sería antaño, cuando lo arreglaban todas las primaveras para pasar el verano.











































1 comentario:

  1. Qué maravilla de lugar y qué lástima que el edificio no se haya mantenido...

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