La pequeña joya escondida

Villamalur: La joya escondida 

Quien os narra y os invita a esta aventura por la línea XYZ, es nacido y criado a pie entre Barcelona y la Alta Sanabria. Soy forastero en estas tierras y hace aproximadamente 7 u 8 años que la recorro y la disfruto.

Hay pocos rincones de la Sierra Espadán que no tenga transitados, de extremo a extremo. Comento todo esto, porque de toda la Sierra, hay un pueblito diminuto que me tiene robado el corazón. Villamalur. 

Llegar a él, supone una pequeña aventura de curvas y más curvas. Una carretera que de forma sinuosa nos va elevando en el terreno hasta encontrar el desvío que nos conducirá a través de 7km de una preciosa carretera curvada y a la sombra de grandes pinares para acabar divisando en lo alto esta pequeña población siempre vigilante. Por su tranquilidad, recorrido muy recomendado para los amantes de la bicicleta de carretera.

Cada kilómetro realizado y cada curva hecha, habrán valido la pena una vez pones los pies en esta población de origen morisco. Pese a que sus calles rebosan de vida en verano, con la presencia de todas las familias emigradas, que como en tantos pueblos de España, no se pierden la oportunidad de disfrutar sus vacaciones allá de donde partieron sus raíces.

Eso sí, durante el año, pese a los optimistas 63 habitantes que arroja Wikipedia, los vecinos aseguran no ser más de 16 habitantes. 16 vecinos que disfrutan de una de las vistas más preciosas y cautivadoras de la Sierra.

La magia quizás radica en lo boscoso de su término municipal. Es destacable que de sus 1650Ha de término municipal, únicamente nos encontramos con 250Ha destinadas a cultivos. Habéis leído bien, un 85% del término municipal es dominio del bosque.

Antagónica totalmente de la anteriormente visitada Matet, donde pudimos ver el intenso pasado agrícola de la población.

Quizás es aquí donde radica su magia y encanto, que es un bosque donde anida un pueblo y no un pueblo con bosque alrededor.  Intensos pinares, comparten espacio con alcornoques y encinas. Territorio privilegiado para los amantes de la micología, donde con paciencia y buen ojo, podrán llenar una buena cesta de Lactarius deliciosus.

El paseo propuesto nos llevará al castillo, que encontraremos solo abandonar el pueblo y tras una rápida visita de sus ruinas, nos adentraremos en estos bosques mágicos, donde con un sube-baja constante y a la sombra del tupido pinar, disfrutaremos de un pequeño microclima siempre agradable en estas latitudes.

                    

Encontraremos muy pronto en la ruta, las conocidas trincheras de la población, restituidas y en un estado de conservación envidiable.  A mitad de la ruta veremos la antigua Nevera de hielo de Villamalur, catalogado como Bien Etnológico local.

Una vez encaramos la parte final de la ruta, sí tenemos la fortuna de hacerla en primavera, podremos disfrutar de los cerezos en flor durante toda la parte final y será difícil librar la tentación de querer hacer acopio de unas cuantas cerezas, famosas y muy reconocidas por su calidad.

             

Eso sí, conviene evitar la tentación y respetar el trabajo de los vecinos que gustosamente desde los garajes y porches de sus casas te ofrecerán por cantidades prácticamente simbólicas, una buena cesta de cerezas que podremos disfrutar en la zona de recreo que hay en la parte baja de la población y que hará las delicias de pequeños y grandes.

https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/3-xyz-villamalur-castillo-cruce-de-4-caminos-118401388

Tras una jornada que quedará en el recuerdo, el nivel de intensidad y belleza no para. Vamos directos por nuestra línea de trincheras a rozar con los dedos el techo de nuestro Parque Natural.

A oriente podremos divisar el “Gegant de Pedra” en la lejanía, cima de la provincia e incluso en un buen día veremos el mar Mediterráneo y a occidente aparecerá la vecina Sierra Calderona y el inicio de la provincia que pretendía defender nuestra línea XYZ, Valencia.

Hechas las presentaciones de lo que nos espera, solo toca disfrutar con el Trío de Ases y ...