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Pastor, Espadán y Castillo de Aín
Puro Espadán. Pueblitos blancos, piedra, mucha piedra, pino, alcornoque, subidas y bajadas duras por un terreno muy abrupto. Es el motivo porque la línea XYZ cruza todo nuestro territorio.
No conviene asustarse, la ruta propuesta es apta para todos los públicos, incluyendo una pequeña alternativa al inicio donde con pasos equipados con cuerdas y con cadenas, los que quieran un poco más de Rock & Roll tendrán su oportunidad. Todos los caminos llegan al pico Pastor, que dirían.
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/5-zyz-ain-pico-pastor-pico-espadan-castillo-de-ain-118401546
La aventura propuesta es dura y conviene ser madrugadores ya que llevará bastantes horas. Desde Aín y sin contemplaciones empieza una subida exigente (tanto en la versión más aventurera como en la que aparece en nuestro track) que deberemos hacer con mucha calma. La calma se requiere, no por la falta de oxígeno ni nada por el estilo, conviene tomarse su tiempo porque se ascenderá a través de la umbría de un mágico bosque de alcornoques. Durante la subida cruzaremos alcornoques que harían falta 3 o 4 personas para poder rodearlos y veremos las marcas del tiempo y los troncos recuperando su capa suberosa de antiguos descorches, que junto al carboneo eran medios antiguos de aprovechamiento de nuestro monte. Aprenderemos más de esta actividad, pero no será hoy, para ello, la siguiente actividad propuesta y totalmente imprescindible supondrán una “masterclass” para toda persona curiosa y con ganas de aprender.
Tras finalizar la subida, tendremos el otro gran signo de identidad de nuestra Sierra, piedra rodeno y una infinita línea de trincheras y nido de ametralladoras que poco a poco iremos cruzando, inmersos total y absolutamente en el bosque, mientras cresteamos dirección pico Espadán, el más emblemático de la Sierra.
En esta ruta usaremos de igual
modo piernas y manos ya que iremos sorteando piedras, saltando de trinchera en
trinchera, todo ello unido a la tranquilidad y silencio reinante, nos hará
irremediablemente reflexionar sobre lo cruenta y sin sentido que debió ser la
contienda.
Con paciencia llegaremos al pico
Espadán donde sería sacrilegio irse sin la foto en la cruz situada a sus 1099
metros de altitud. Las maravillosas vistas nos invitarán a recrearnos en su
cima.
Ahora solo faltaría bajar
dirección Aín, no sin antes visitar las ruinas del pequeño castillo cercano a
la población. La bajada discurrirá por una pista donde veremos un pequeño
acueducto, el bonito “molino de l’Arc” y a través de su frondosa vegetación de
ribera, llegaremos de nuevo a Aín donde ya sea en el bar de la cooperativa o en
el Restaurante Benialí podremos recuperar energías de un día tan intenso.
Lo antiguo y lo moderno se
mezclan en nuestro siguiente destino. ¡A por ello!
Vino y queso entre alcornoques centenarios
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