Querer es poder. El ejemplo de Almedíjar
Hoy bajamos una marcha en nuestra
actividad aeróbica, para hacer un poquito de actividad intelectual y por
supuesto, gastronómica. Un sitio que combina a la perfección ambas actividades
es sin duda: Almedíjar.
Como todas las poblaciones
interiores de la Sierra, sufre el azote de la despoblación, pero el caso de
Almedíjar es un tanto particular. Entre sus callejuelas podemos observar
pequeños brotes verdes y gritos a la esperanza.
Durante el itinerario, veremos sí somos observadores pequeñas esculturas y figuras que decoran los alcornoques, creados por una artista local y que suponen esos pequeños brotes verdes que comentábamos anteriormente.
Nos formaremos sobre la actividad
del carboneo que se hacía en la zona y podremos observar un tanto escondida y
tímida “La Castañera” un precioso castaño de 400 años de antigüedad.
Volveremos por el barranco de
Almanzor siempre acompañados de desnudos alcornoques regenerando pacientemente
su corteza e incluso veremos, hoy de
manera más residual, alguna trinchera durante nuestra ruta.
Una vez de vuelta a Almedíjar,
nuestra labor será pasar de lo antiguo a lo moderno y eso lo haremos visitando
el museo de antiguos oficios, donde veremos antiguas herramientas,
indumentarias de oficios hoy ya perdidos, como tejedoras, herrería, lavanderas…
https://www.queserialoscorrales.com/
Os prometimos un día tranquilo y
así ha sido. Enriquecedor y tan imprescindible como pasear por los bosques de
la Sierra para impregnarse al 100% de la esencia del territorio.
Nos acercamos al mar y llegamos a los límites del Parque Natural, y con ello nuestra aventura por la línea XYZ, aunque ella continúa hasta la población costera de Almenara, nosotros pondremos punto y final desplazándonos hasta un templo senderista, ciclista y motero de la zona. Nos vamos a Eslida donde nos despediremos, eso sí habiendo preparado una jornada que rematando con el famoso “carajillo” de Castellón, supondrá la guinda del pastel.
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