El Gran Río
El Río Eume es el verdadero eje del Parque Natural. Su agua ayudó a esculpir el cañón y por sus orillas crecieron los bosques.
El río nace en la Serra do Xistral, municipio de Abadín (Lugo) con más de 1000 metros de altitud y después atraviesa las comarcas de As Pontes, donde es frenado por dos presas: Ribeira y la del Eume.
Embalse de Ribeira. Ayuntamiento de As Pontes. Foto de google |
Después de la derivación del segundo dique, recobra fuerza y se descuelga en caída libre sobre el profundo cañón que también lleva su nombre y atraviesa el valle donde corre hacia el atlántico para terminar en el mar, desembocando en Pontedeume.
Foto del Río Eume en su último tramo antes de desembocar en la ría de Ares y posteriormente en el océano Atlántico. Foto propia. |
Un recorrido de casi 80 Km desde su nacimiento hasta su desembocadura en el Océano Atlántico, circulando por dos provincias, Lugo y A Coruña.
El río Eume y los arroyos que desembocan en él, son las vértebras del Parque Natural, conformando el paisaje con sus profundos valles y manteniendo la suministración de agua en todas las esquinas.
En su tramo medio, el río se adentra en el Parque Natural de las Fragas do Eume, donde se encuentra el segundo embalse, mucho mayor que el anterior (O Encoro do Eume).
Embalse del Eume. Ayuntamiento de A Capela. Foto de Pentaxeros. |
Vista del Río Eume desde el Puente de Santa Cristina, también llamado Puente de Caaveiro por ser el último que hay que cruzar antes de llegar al Monasterio. |
Represa A Figueira. Foto Propia |
Cuenta la leyenda que cuando Dios creó el Eume, nacieron con el dos ríos más en la Serra do Xistral, el Landró y el Masma. Dios les prometió a los tres que al primero que llegase al mar le daría a un hombre todos los años como ofrenda. Los tres ríos pactaron que recorrerían juntos el camino y llegarían al mismo tiempo. En un lugar, cansados de su viaje, decidieron descansar y dormir un poco. El Landró despertó primero y traicionando a los otros dos, emprendió el viaje hacia Vivero, en el Mar Cantábrico. El Masma, al abrir los ojos y comprobar que faltaba uno, abandonó también el lugar en dirección norte, dirigiéndose a Foz. El Eume, al despertar y verse solo y traicionado, se enfureció y embravecido, emprendió el viaje hacia el oeste. Saltó todo lo que se le interpuso en el camino, labrando un cauce salvaje y agreste, formando un profundo cañón con saltos y gargantas esculpidas en piedra en el último reducto europeo de bosque atlántico. Y así, llegó al Océano Atlántico antes que los dos traidores. Éstos quedaron relegados a “ríos menores” y el Eume, año tras año, se llevaba la vida de algún hombre víctima de la bravura de sus aguas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario