El enclave Barranc dels Horts, ubicado en la provincia de
Castellón, es un gran desconocido para la mayoría de los habitantes de esta. Se
encuentra en la comarca del Alto Maestrazgo y forma parte de la lista de los
Espacios Naturales Protegidos en la categoría de Microreserva.
Pese a que la finca en la que se encuentra el barranco ocupa
un total de 670 ha, el terreno que ha sido categorizado como Microreserva ocupa
una superficie menor: tan sólo 0,94 ha. Declarado en 2001, se suma a la larga
lista de espacios protegidos que se encuentran en el término municipal de Ares
del Maestrat. Con un total de 14 espacios naturales, la localidad se sitúa a la
cabeza de la lista en la comarca. Cabe destacar que el porcentaje de hectáreas
protegidas en el Alto Maestrazgo supera el 50%, con 34.092 ha; siendo el total
de ha 66.316. La comarca destaca por su increíble belleza y riqueza
natural.
El paraje forma parte también de la Red Natura 2000 como
Lugar de Interés Comunitario (LIC Alto Maestrazgo) y como Zona de Especial
Protección Para las Aves (EPA Alt Maestrat, Tinença de Benifassà, Turmell i
Vallivana). Además, diversos ejemplares arbóreos aparecen en el Catálogo de
Valenciano de Árboles Monumentales y Singulares. De una forma más general, todo
el territorio aparece englobado en el Bien de Interés Cultural: Parque Cultural
de la Valltorta-Gasulla.
Toda la finca en la que se encuentra el Barranc dels Horts
fue adquirida por la Fundación Caixa Castellón en 1993 con el objetivo de
protegerlo y conservarlo.
Pero ¿por qué tanto interés en su conservación? ¿Qué tiene
de especial este territorio?
Para ello, es preciso adentrarnos en él y conocer su
historia.
La ubicación del barranco fue conocida en los siglos
anteriores por la buena calidad de su madera. Esto provocó que todos los robles
y encinas de la zona fueran talados. Con el objetivo de repoblar la zona,
fueron plantados numerosas carrascas y pinares. Este hecho hizo que el bosque
que hoy en día nos encontramos mayoritariamente en el área sea un bosque joven,
de apenas 200 años de antigüedad. Pero hay un pequeño recoveco que consiguió
salvarse.
A medida que estas obras de tala se producían, un estudioso
de la zona se percató del gran tamaño de los troncos que eran extraídos de un
camino. Al investigar su procedencia, encontró un gran grupo de robles
ancianos, con troncos de hasta 6 metros de diámetro. Inmediatamente, dio la
orden de proteger dicha área, localizada en un barranco rodeado de huertos,
persistiendo hasta nuestros días.
Es por todo esto que lo he elegido para su puesta en valor. Así pues, os invito a este recorrido por el interior de Castellón, ese gran olvidado.