Momentos de evasión y descanso

Y para finalizar, solo cabe mencionar a aquella gente que no acude a un espacio verde para practicar ninguna actividad o deporte, sino sencillamente para desconectar del mundo, para evadirse y estar un rato tranquila rodeada de naturaleza; lejos del mundanal ruido de las ciudades y toda la contaminación que les rodea. Para esta gente que desea leer tranquilamente un libro bajo una encina, comer a solas o acompañado sobre una mesa o relajarse contemplando el paisaje respirando aire puro, nuestro paraje tiene multitud de lugares donde pararse a descansar contemplando unas vistas espectaculares. Vistas donde no solo se observa al fondo de la ladera nuestro municipio, sino muchos municipios vecinos y todos los campos predominantemente de olivos que los rodean.

El primero de estos lugares, es el mirador de “El Piquet”, donde como he comentado en mi primera entrada, son pocas horas o días donde uno no ve a alguien sentado o que ha subido hasta alcanzar la cruz que lo corona.

Por su parte, el segundo son las ruinas del anterior “Castillo de la Encomienda” citado, donde además de gozar también de unas buenas vistas, disponemos de un merendero formado por unas mesas de madera, hay varios paneles informativos y la representación real y a escala de cómo era una casa ibera.

Y llegados a este punto, espero que os haya entusiasmado este “pedacito” de la Sierra de Enguera y os animéis algún día a visitarlo siempre siendo respetuosos con este medio que tanto nos aporta. Me despido diciendo que pese a ser algo neófito en la materia, he recordado al escribir estas entradas muchas cosas que había olvidado y a su vez, he descubierto nuevas cosas que yo mismo desconocía.

¡Ah! Y si os va el rollo gótico, gustáis de pasear por los cementerios o como decía Groucho Marx sois una lechuza profesional, no olvidéis en las superlunas de verano subir pasado el ocaso a contemplar su salida en las ruinas del castillo. ¡Se ve espectacular!

*Aviso a navegantes: No os estremezcáis con el rasgado graznido de la urraca o el ululato del búho, ya que solo son los amigos que nos acompañan en la noche. En cambio, si antes de subir veis un coche haciendo largas intermitentemente, abstenerse de subir ¡pueden ser drogadictos comunicándose con morse!

La ruta del agua

 

Cierto es que a una reserva natural como la nuestra, el botánico Antonio José de Cavanilles la llamo desierto, pero fue por la falta de pobladores, no por su verdor.

Son numerosos los riachuelos, cuevas, fuentes, barrancos y árboles monumentales que podemos encontrar en ella. Por no hablar de su rica y variada fauna y flora.

Así, de este modo, antes de adentrarnos de nuevo en nuestro paraje, me gustaría compartir con vosotros el siguiente mapa referente a su Sierra.

No hay casa o caserío en uso o abandonado que no disponga de su correspondiente pozo o fuente donde saciar nuestra sed; y es que se han encontrado referencias de 115 fuentes y 55 pozos distribuidos por toda nuestra Sierra. Hasta antiguamente muchas casas del pueblo tenían su correspondiente pozo, o no había campo sin uno de estos ubicados en medio. Como es lógico, casi todos han terminado tapados, aunque hoy en día muchos campos conservan vestigios de estos o de otra construcción muy similar: el captador de agua. Esta construcción puede confundirse con un pozo, pero no tiene nada que ver. Solían realizarse muy próximos a los bordes de barrancos y donde se sabía que había una capa freática cercana. Su apertura en el suelo tiene forma cuadrada y, en su fondo, una galería con forma de bóveda llega a su vez hasta una cota inferior del fondo del barranco. Así, de este modo, capta el agua por filtración y se llena cada vez que viene bastante lluvia. En verano, ante la escasez de lluvias características del clima mediterráneo suele secarse durante un mes; momento que aprovechaban los agricultores para bajar mediante unos huecos que lleva en sus paredes de piedra y limpiarlo.

- Fotos de captador en ruinas cercano al barranco en partida "La Fonteta".

- Pozo "sin fondo":

Por otro lado, volviendo de nuevo a nuestro paraje, voy a enumerar y describir brevemente las fuentes que podemos encontrar en él:

1. Fuente “Las Piletas”: Pese al gran incendio de 1985 que casi se adentra en el pueblo, aun conserva ejemplares de pino rodeno (Pinus pinaster) en su entorno, ya que las posteriores repoblaciones se hicieron con pino carrasco (Pinus halepensis). Recoge las aguas del reguero que viene desde la cruz del Piquet y fue restaurada por la Sociedad de Cazadores en 1994. A su vez, tiene un pequeño abrevadero y un grifo con pulsador incrustado en la misma roca donde podemos beber.

Esta a unos 1,5 km tomando la pista forestal que conduce a Montesa desde la CV-590.

2. Fuente de Lucena: Esta situada al pie del cerro de Lucena donde existe el poblado íbero anteriormente mencionado. Esta rodeada de hiedras, madroños, lentiscos, carrascas y pinos.

3. Fuente de Fraga: Conservada en perfecto estado gracias a los vecinos de los campos colindantes, nace en el interior de una cueva la cual esta separada de la fuente mediante una reja.

Se accede tomando el camino del Hotel Fuentelucena y girando a 500 metros a la izquierda. Al final de este, tras pasar varias casas de campo se ubica la fuente.

4. Fuente, conducción y acueducto de La Mota: Si, queridos lectores, aquí tenemos un 3 en 1.

Situada al final de la calle San Antonio de Padua dejando a mano derecha La Ermita y a mano izquierda el camino del castillo, al finalizar la subida encontramos la fuente.

Rodeada de carrascas y pinos rodenos podemos pararnos a descansar en unos bancos de madera, y si nos adentramos un poco mas hacia arriba en la montaña daremos con el acueducto (sendero “Peña El Tosal”)

Este acueducto pertenece a la edad moderno-barroca durante el reinado de Felipe III. Actualmente esta en ruinas, pero en 1603 fue ordenada su construcción por Honorato Martí para abastecer la villa de agua, finalizando su construcción el 10 de enero de 1604.

Se empleo la técnica de mampostería y sus bóvedas son de medio punto.

Por último, en La Mota también encontramos otra conducción de agua que recibe el nombre de “Cueva del Faraón”. Se realizó en 1877 con fondos concedidos por la Diputación Provincial de Valencia, está excavada en la roca y su techo es una bóveda de cal realizada sobre un encofrado de cañizo. Actualmente, en su parte central el techo se ha desprendido y entra el agua del barranco cuando viene una crecida.

- Entrada número 6: ¡Fun time!