jueves, 1 de diciembre de 2022

PLAYAS DE A LADEIRA Y O VILAR

PLAYAS DE A LADEIRA Y O VILAR

Uno de los espectáculos que todo visitante debe aprovechar es ver como el mar trabaja con toda su fuerza en la llegada a la arena. Además, gracias a la gran longitud del arenal los paseos a pie de playa son un factor muy a tener en cuenta para todos los viajeros; tanto para aquelos que gusten más de la visita estival o para los que sean más de visita invernal como era el día de mi visita. Notar la fuerza del viento en la cara o sorber la salitre en los labios son los pequeños placeres a los que el visitante podrá disfrutar.

Actualmente, aprovechando la fuerza del viento y la longitud del arenal se está apostando por el turismo de experiencia combinando las pernoctaciones con la práctica de deportes acuáticos como el surf o el kitesurf, las rutas de paddleboard o las travesías interpretativas en barco.

La playa de A Ladeira es la más próxima a Corrubedo y tiene una longitud de 1350 metros.

               VISTA AÉREA DE LA PLAYA DE A LADEIRA CON EL PUEBLO DE CORRUBEDO AL FONDO

La playa de O Vilar tiene una extensión total de 3,5 kms de largo.

                             VISTA AÉREA DE LA PLAYA DE O VILAR CON LA RÍA DE AROUSA AL FONDO

Ambas miran al océano Atlántico quedando abrigadas a la fuerza del viento entre los salientes de la ría de Arousa.

                                 PLAYA DE O VILAR EL DÍA DE  LA VISITA

Las dos playas son muy amplias, aunque las zonas con mayor afluencia de visitantes son las más próximas a los accesos de las pasarelas y de los aparcamientos. Aunque también permite que caminando unos 15 o 20 minutos se pueda estar en modo solitario, al situarte en tramos intermedios prácticamente desiertos de más viajeros.

El Parque Natural se completa con pequeños tramos de rocas bajas en los extremos de las playas que marcan el límite entre una y otra.

                                   PLAYA DE A LADEIRA EL DÍA DE  LA VISITA

VEGETACIÓN

La vegetación cumple aquí una importante función que es la de evitar que el viento se lleve la arena de las dunas y para ello sus raíces deben profundizar en la arena para conseguir alimento y quedar fijadas ante un medio muy hostil. A mayores, deben desarrollar distintas estrategias que permitan superar las fuertes limitaciones como son la falta de agua, la salinidad o la inestabilidad del suelo.

Así, el cardo marino lucha contra la deshidratación y vuelve sus hojas espinosas para evitar la pérdida de agua por medio de la transpiración.

 

La arenaria de mar acumula el agua en sus hojas carnosas y las impermeabiliza con una capa de cera, que cumple también con la función de protección frente a la sal presente.

Para resistir los fuertes vientos existentes, hay plantas como las clavelinas de mar que crecen en grupos almohadillados. Por el contrario, la arenaria utiliza otra estrategia como es la gran flexibilidad de su tallo.

Otras plantas adoptan colores claros o verde-azulados para reflejar parte de la radiación solar que les llega y así evitar la pérdida de agua como es el caso de la mielga marina.

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