Los
paisajes que se observan desde el Cabeçó de Mariola proporcionan
unas vistas preciosas. De hecho, por su cercanía se puede contemplar
el vértice geodésico Portin. Incluso, otras montañas de las
provincias de Alicante y Valencia. No obstante, lo que más destaca
es la historia de este entorno.
Vista desde el vértice geodésico, en el circulo el Cabeçó de Mariola (foto propia) |
Habitaron unas 600 personas, en este antiguo pueblo fortificado en la cima del Cabeçó de Mariola. De hecho, se convirtió en el lugar principal en el que se asentaron los Iberos de Mariola tal como se puede leer en los paneles informativos. Sin duda, muy interesante conocer la historia de este poblado.
Panel informativo (foto propia) |
Habitado entre los siglos IX y I aC, fue el principal asentamiento íbero de la Serra de Mariola, teniendo una gran relevancia cultural y comercial. Se trataba de un recinto amurallado, aprovechando el dominio visual que le otorgaba su elevada posición. Se piensa que el poblado fue finalmente destruido por un ataque romano (o de sus aliados).
Restos del poblado (foto propia) |
Gracias a las expediciones arqueológicas realizadas en 2013, se han podido conseguir restos de nuestros ancestros, como el ánfora de cerámica de Bele, un antiguo poblador de la zona. Donde maceraba y guardaba el vino. En ella ha quedado grabado su nombre en grafía Íbero-levantina. Además de esta ánfora, se han encontrado diversas cerámicas que indican diseños típicos de la Edad de bronce final, similares a los encontrados en el Castell de Xàtiva. También se ha descubierto una moneda netamente íbera.
Ánfora de cerámica |
Moneda Íbera |
Cueva de Bolumini
En el Cabeçó de Mariola se puede ver indicación sobre la Senda dels Ibers y la Cueva de Bolumini. Tal como se puede leer en un panel, en esta enorme cueva se encontraron restos sepultados de antiguos campesinos de hace miles de años.
Panel de la Cueva |
La Cova del Bolumini es una monumental cavidad natural situada en lo más alto del Cabeçó de Mariola, desde donde domina las tierras de la Valleta d’Agres, en la vertiente septentrional de la Sierra de Mariola. Hace 5.000 años, los primitivos habitantes de la comarca decidieron utilizar este emplazamiento para enterrar a sus miembros más destacados. No es difícil imaginar el porqué: debieron de quedar maravillados por la belleza y la magia de este lugar.
(Foto propia) |
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