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jueves, 27 de enero de 2022

Emergiendo clara y fresca

    Curvas, rampas, saltos y toboganes rocosos, de paredes lisas y desgastadas, son bañadas y cubiertas por el agua, formando en sucesión las conocidas pozas del Pou Clar. Tal es así, que cada una recibe un nombre que revela su singularidad.

Pou dels Esclaus. Foto: Remigijus Tverijonas.

     A escasos metros atrás de la primera surgencia natural, encontramos la primera poza, llamada Pou dels Esclaus, cuyas aguas provienen únicamente de las lluvias y de corrientes superficiales, temporales, escasas y en ocasiones, torrenciales. Cuando el aporte de agua se detiene, se estanca, viste un turbio verde y se oscurece.

Pou Clar. Foto:

     Las siguientes pozas, donde sí emerge, el agua es clara y fresca, siendo sus nombres tan acordes y respectivos. Empiezan con el Pou Clar que, ahora sí, el agua es propiamente clara y da nombre a todo el paraje.

Pou Gelat. Foto: Leo Ferrer.

     A continuación el Pou Gelat, que su agua goza de tal fama de cuán fresca se mantiene por el flujo de su corriente, alimentada por un flanco de una poza remanente.

Pou del Salze. Foto: propia.

     No alineada a las siguientes, ni tampoco a las citadas, a unos pasos hacia el este encontramos otra más, el Pou del Salze. Recibió tal nombre por un sauce que, aunque ahora ya no está, creció junto a su cauce. Protegida y envuelta en muros que sostienen nuestro avance, bien arriba sujetando la carretera o abajo ejerciendo de camino junto a las demás pozas.

Pou de la Reixa. Foto: Juan Alvarez.

    La que sigue es la más larga, el Pou de la Reixa, que en su extremo construyeron la reja que le da el nombre. Una presa la acompaña, que al llenarse se derrama y en forma de bella cascada cede el agua a la próxima poza.

Pou Fosc. Foto: propia.

      Pou Fosc, oscura y fría poza, que ni gota baña el sol de la mañana, pues oscuras son sus aguas y cubiertas se encuentran por altas paredes calcáreas. Liberando el agua, deja escapar el líquido elemento formando un pequeño salto a la poza terminal, cuál barbacana de la última muralla blanca.

Pou dels Cavalls. Foto: propia.


     Aquí el blanco casi se ausenta, ya que solo conecta al fondo con la poza a la que alimenta. Pou dels Cavalls la llaman, que
formando una playa fluvial, se ensancha. Donde bebían los caballos, de aquellos que junto al río, llegaban a este hermoso alto en el camino. A partir de este punto el agua fluye sobre un lecho, pues empieza aquí el curso de un río aledaño. Y digo con todo derecho, que aquí nace el río Clariano.
 

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