40.000 años de historia.
Esta pequeña localidad guarda uno de los mejores tesoros conservados de nuestra península ibérica, mi destino era la majestuosa Cueva del Oso de Tella, un refugio natural ubicado a una elevada altitud de 1.600 metros en el municipio.
Este yacimiento, que alberga vestigios de osos cavernarios, se caracteriza por ser uno de los más altos de la Península Ibérica y se encuentra a las puertas del Parque Nacional de Ordesa y Monte perdido, una ubicación geográfica que añade una capa adicional de misterio y belleza al lugar.
La exploración de esta cueva resulta ser una experiencia fascinante. La ruta hacia esta milenaria cueva no es tan sencilla como un simple paseo, pero merece la pena hacer el esfuerzo, en realidad, implicó un proceso de ascenso a través de terrenos accidentados y una entrada en la caverna que nos dejó inmersos en su abismo. Ahora, en lo más profundo de la cueva, nos hallamos en la galería superior, un sitio donde los restos óseos de osos cavernarios se encontraron por primera vez por un grupo de espeleología de la universidad de Badalona en el 1976 que fueron quienes dieron a conocer este maravilloso lugar.
Fuente: Universidad de espeleología de la universidad de Zaragoza |
A 150 metros de la entrada, se descubre un espacio ideal para la hibernación de estos majestuosos animales. Sin embargo, extraerlos de este entorno no resulta una tarea sencilla. Es interesante considerar que estos osos, guiados por su olfato y quizás el sentido del aire, se aventuraban en la oscuridad de la cueva para pasar el invierno. Los restos que encontramos son de aquellos osos que, lamentablemente, no sobrevivieron a su periodo de hibernación.
No obstante, la mayor parte de los huesos que se han recuperado en esta cueva presentaban marcas de mordiscos, lo que sugiere la existencia de canibalismo entre estos formidables animales. De hecho, en esta cueva se han hallado numerosos huesos mordidos, algunos de ellos con perforaciones circulares distintivas, lo cual alimenta la teoría de que estos osos eran caníbales. Incluso se encontraron restos de ositos neonatos, con huesos de piernas minúsculos en comparación con los de los adultos.
Fuente: Universidad de espeleología de la universidad de Zaragoza |
Fuente: Museo del oso Tella |
Fuente: Museo del oso Tella |
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