Imagina un viaje al pasado, en un lugar que evoca un misterio ancestral. Te encuentras en las inmediaciones del poblado de Tella, un rincón que te transporta a una época antigua, donde la piedra de Vasar se alza como un testigo silencioso de un fenómeno cultural fascinante, esta estructura te habla del megalitismo.
Pero así de voz a pronto esta palabra que podría sonar compleja, pero no es más que una práctica arquitectónica que se encuentra en el corazón de la historia de la humanidad. Esta antigua técnica de construcción, que data de tiempos prehistóricos, implica el uso de grandes piedras, sin necesidad de mortero, para crear monumentos y estructuras significativas. A menudo se colocaban de manera específica para formar tumbas, monumentos conmemorativos y otros tipos de construcciones, y su tamaño variaba desde modestos monumentos hasta complejas estructuras arquitectónicas.
Dejó una huella imborrable en la historia de Europa occidental, abarcando desde las costas del Mediterráneo hasta las regiones atlánticas. Estas estructuras de piedra eran más que simples edificios, eran centros de significado profundo en la vida de las civilizaciones antiguas.
Pero no nos enrollamos más y centrémonos en el dolmen de Tella, situado en las inmediaciones del pueblo, es un ejemplo magnífico de megalitismo que merece una atención especial. Esta estructura está compuesta por una cámara rectangular con una abertura orientada hacia el sureste. Compuesta por una losa que forma la cubierta y seis losas dispuestas verticalmente en los lados norte y sur. La entrada está marcada por otra losa que sirve como portal
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| Fuente: Imagen propia |
Este dolmen, aunque modesto en comparación con algunos de los monumentos megalíticos más grandes del mundo, habla del ingenio y la habilidad técnica de las antiguas comunidades que lo construyeron y para poder llegar hasta él, debemos tomar un sendero a la izquierda a uno 700 metros antes de llegar al pueblo, en esta parte encontraremos paneles informativos y señalizaciones que te pueden ir guiando, al llegar al noreste de la planicie lo encontramos.
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