En su viaje hacia el Sur Boissier no encontró a Félix Haenseler en el mejor momento de su vida, ya que arrastraba un periodo largo de dependencia alcohólica y penuria alcohólica, entre los pocos tesoros que guardaba, un herbario de plantas de sierra Bermeja en el que Boissier encontró unas ramitas de una conífera que le llamo especialmente la atención, aunque por la ausencia de los frutos le impidió determinar el género y desde ese mismo día Boissier lo intento hasta que consiguió el reto de llegar hasta los árboles vivos, y en 1837 se citaba en territorio español por primera vez el "pinsapo", Abies pinsapo. Semillas de aquella expedición se distribuyeron por los jardines de Ginebra y otros franceses donde todavía quedan testigos vivos de esta expedición a la sierra de las nieves.
“…cet arbre n’a encore
été trouvé que dans la partie la plus méridionale
de l’Andalousie (…) Il me parait probable, en
revanche, qu’on le retrouvera sur les montagnes
de la côte d’Afrique…” (Boissier, 1838a: 405-
406). (Viaje botánico por el sur de España)
La segunda expedición la realizó fue realizada por los ingenieros de Montes españoles Luis Ceballos Fernádez y Manuel Martín Bolaños en 1928 (quienes nos los descubrieron los bosques en el Rif marroquí) , seria este primero el que nos recibiría en el mirador al que le guardan tributo con su nombre en el Parque Natural de la Sierra de las Nieves en la provincia de Málaga, y nos recibió con esta cíta:
No rehuyais nunca el contacto con el monte; acudid a el llenos de curiosidad y de espíritu de observación, dispuestos a verle y a sentirle, apreciando todos los detalles de su momento vital ".Para nosotros esta visita va a ser una experiencia única, una reflexión de supervivencia, de sucesiones ecológicas y así llenos de curiosidad y con un espíritu de observación nos pusimos a pasear entre el pinsapar más grande en extensión, un espectáculo de la naturaleza entremezclado entre encinas y quejigos, tal como nos vamos introduciendo en el bosque, el abeto se va quedando como especie dominante. Aunque además de su lucha de supervivencia contra las actividades humanas como la ganadería o la tala han tenido que adaptarse a las difíciles condiciones climáticas de la zona.
Pero, ¿qué ha permitido han hecho posible que hayan elegido quedarse tan al sur?, seguramente la alta pluviosidad de la zona, pero como los veranos son largos y secos han quedado reservados para las zonas de umbría y con continua lucha por el territorio los pinos.
Puedes conocer más de este preciado tesoro en una visita obligatoria a sur o en este vídeo de Televisión Española.
El Abies Pinsapo, un tesoro bien guardado en las zonas de umbría de las sierras de Cádiz y Málaga.
En otra expedición describimos otro lugar mágico que guarda esta joya botánica. enlace.