Después de su expedición a Rumania a principios de abril, nuestro amigo José Carlos de La Fuente y guía en el ecoviaje que estamos preparando para los alumnos de los estudios de grado superior de los ciclos ambientales de la EFA "La Malvesia", nos deja una interesante reflexión:
"Los grandes carnívoros son excelentes indicadores de calidad ambiental. Son especies paraguas y su protección implica la conservación de las grandes áreas vitales que requieren y por tanto de grandes extensiones de espacios naturales que habitan. Durante nuestra estancia en los Cárpatos con la expedición de Ecowildlife (una experiencia naturalista espectacular y enriquecedora a todos los niveles), no he podido percibir algo que en los Pirineos o en los pueblos del noroeste ibérico es patente. A pesar de haber rebaños de ovejas por todas partes (en un país tremendamente rural) y que conviven con unas concentraciones de lince boreal (Lynx lynx), lobo (Canis lupus) y oso (Ursus arctos) difícil de encontrar en Europa, no hemos podido observar conflicto entre la gente y los animales salvajes. En Rumania viven él 60 % de osos pardos europeos, el 35 % de lince boreal y unos 2500 lobos, así que algo se estará haciendo bien. Cada vez es más evidente que el turismo de naturaleza respetuoso y sostenible es una herramienta importantísima para la conservación de la vida salvaje".
José Carlos de La Fuente
Ecowildlife
Seguramente después de nuestra expedición podremos aportar a la red nuestra experiencia, pero creo que esto va por delante y deberían tenerlo en cuenta los responsalbes de las políticas de desarrollo y conservación en nuestro país, todos aquellos que cuestionan las políticas conservacionistas de los grandes carnívoros quizá deberían visitar estas zonas y transmitir soluciones.