viernes, 14 de enero de 2022

Lugar de retiro y oración

 

En 1124 la reina doña Teresa de Portugal emplea la denominación Rivoyra Sacrata en el documento fundacional del Monasterio de Montederramo. Este término, antecedente de Ribeira Sacra, se debe a la abundante presencia de monasterios y ermitas que desde el siglo V comenzaron a poblar los valles de los ríos Sil y Miño.

La orografía del terreno, con clima suave durante todo el año, se prestaba para llevar la vida de recogimiento y sacrificio apartada de las ciudades, propia del cristianismo primitivo que llegó a la zona por las vías romanas. Desde el siglo VI, se multiplicaron en la zona los pequeños eremitorios con comunidades muy reducidas que llevaban una vida de oración que, a partir del siglo XII, fueron reformados dando origen a poderosos monasterios, primero benedictinos y más tarde cistercienses, ayudados en gran parte por el comercio del vino y el cultivo de la vid, en el que estas comunidades monásticas tuvieron un papel relevante convirtiéndose en verdaderos centros económicos.


Monasterios, iglesias y románico.
Fuente: turismo.ribeirasacra.org


Estos benedictinos y cistercienses llevaron a cabo una verdadera revolución agraria con técnicas de cultivo innovadoras, roturando nuevas tierras para aumentar la producción vitivinícola incluso en los lugares orográficamente más complicados. Esta producción alcanzó especial relevancia por dos razones: primero, el vino debido a la tradición romana era la bebida privilegiada en la Edad Media, y segundo, su producción era necesaria para las celebraciones en los altares de las iglesias monásticas.


Monasterio de Santo Estevo de Ribas de Sil.
Foto: Armando González Alameda

Como ejemplos de este tipo de construcciones podemos destacar claramente el monasterio de Santo Estevo de Ribas de Sil, de los que se conserva en mejor estado a pesar de que su origen se remonta al s.VI y que se caracteriza por tener tres claustros de tres estilos arquitectónicos (románico, gótico y renacentista) en un enclave privilegiado, sobre los Canóns do Sil. Otra construcción destacable es la iglesia o monasterio de San Pedro de Rocas, rodeado de formaciones rocosas que pudieron dar nombre a este lugar, y del que se tienen noticias desde el año 573, siendo uno de los más antiguos de Galicia y posiblemente de Europa. Se caracteriza por su campanario sobre un promontorio rocoso y por sus tumbas antropomorfas y sus dependencias monacales excavadas en la roca. Otros monasterios importantes son el Monasterio de Santa Cristina de Ribas de Sil, Monasterio de San Salvador de Ferreira (o de las Bernardas, único femenino de la Ribeira Sacra), Monasterio de San Paio o el de San Vicente do Pino.


San Pedro de Rocas. Foto propia.


En cuanto a iglesias podemos destacar la de San Juan o San Nicolás en Portomarín y la iglesia de Santo Estevo de Chouzán, trasladadas a sus emplazamientos originales tras la construcción de los embalses de Belesar y Os Peares, respectivamente. Así mismo destacan otras como la de San Paio de Diomondi, la de Santa María de Nogueira de Miño, Santo Estevo de Ribas de Miño o San Facundo de Ribas de Miño (se afirma que es la primera representación de gótico en la península). Hay que puntualizar que casi todas estas construcciones, en algún momento de su historia, fueron austeros monasterios que posteriormente pasaron a ser iglesias.


Iglesia de San Nicolás, Portomarín. Foto propia.


Nogueira de Miño, "Capilla Sixtina de la Ribeira Sacra".
Fuente: El Progreso

Por todo esto, si hablamos de patrimonio y arte medieval, la Ribeira Sacra es un verdadero “museo” ya que es el lugar donde se encuentra, sin duda alguna, la mayor concentración de monasterios y arquitectura románica de Europa y del mundo. Estas edificaciones envueltas en espectaculares paisajes e historia, se convierten en lugares mágicos…


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