Gorga Fumosa |
A una hora de camino, llegamos a la zona denominada Cumaz donde encontraremos otra fuente para coger agua.
Cumaz |
Quien haya caminado por bosques de hayas sabrá que sus hojas tapizan la luz de una forma casi irreal. Éstas, están especialmente bonitas al comienzo de la primavera, recién brotadas. Tímidamente, el azul del cielo se asomará entre la maraña verde brillante que forman sus ramas encima de nuestras cabezas.
Ese verde intenso de sus hojas contrasta con los grises claroscuros de la corteza del árbol y sus ramas que se retuercen en formas imposibles. Merece la pena acercarse a ver el río en este tramo, pues engaña aparentando la misma serenidad que el camino,aunque el rugido de sus aguas nos hace sospechar que, en realidad, se precipita en cascadas espumosas horadando la roca, formando puentes naturales y pozas de un color azul turquesa o verde esmeralda. En La Ripareta confluye el barranco Pardina. El valle se abre y de camino a Fuen Blanca pasamos de un valle dominado por la acción fluvial a un antiguo valle glaciar.
Según seguimos ascendiendo, el valle va perdiendo su carácter encajado y en forma de V propio de la erosión fluvial y toma la forma en U típica de los valles glaciares.
La surgencia de la Fuen Blanca (5 horas de recorrido) es un manantial que surge directamente de la pared rocosa y representa el desagüe de un gran sistema de cavidades kársticas: el sistema de Punta de las Olas.
En el amplio valle a los pies de la surgencia, se observan las primeras morrenas glaciares, cubiertas por los grandes canchales de derrubios actualmente activos.
Para mí, uno de los enclaves más hermosos del Parque Nacional.
Fuen Blanca |
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