España, con cerca del 12% del territorio protegido, es el país de la Unión Europea que más superficie tiene protegida.
Muchas políticas de gestión se han desarrollado en los últimos años, todas lideradas y financiadas por las administraciones públicas competentes. Aun así, es posible que durante estos años se hayan desperdiciado esfuerzos y recursos económicos. Ahora nos hacemos eco de algunas preguntas, algunas reflexiones: ¿Vale la pena tener tanto territorio protegido si no somos capaces de gestionarlo? ¿Por qué los recortes económicos van destinados al medio ambiente, a nuestro futuro? ¿Hay que repensar las modalidades de gestión de los espacios protegidos? ¿Se ha hecho partícipe a la población local de las potencialidades de estos espacios? ¿Pueden ser lugares con yacimientos de empleo sostenible?, etc.
Si conoces casos concretos ayúdanos a contestar a esta última pregunta.
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