La costa de
Dexo-Serantes se encuadra totalmente en la unidad de esquistos cristalinos de
Bergondo, rocas metamórficas muy sensibles a la erosión, lo cual se refleja en
el paisaje de acantilados fuertemente desgastados y con perfil costero
aserrado.
Vista general del acantilado, con una piscina natural que se forma en marea baja y días de poco oleaje en el margen derecho |
Alternando
entre los acantilados del espacio natural se presentan elementos del paisaje de
gran belleza, como pequeñas calas y ensenadas, espectaculares cuevas marinas (furnas) y algunos islotes como los de Islote
de Montemeán y A Marola.
O Seixo Branco
El nombre de O Seixo Branco (Guijarro blanco) viene
dado por la existencia de un gran filón de cuarcita, el único existente en la
costa de Dexo-Serantes. Este filón, muy llamativo por sus dimensiones y su
color blanco, corta claramente el acantilado de esquisto, rasgo por el cual los
especialistas en la materia le asignan un origen posterior a la Orogenia
Hercínica.
Vista de la beta de cuarcita de O Seixo Branco |
El mar labra cuevas en el acantilado
Labradas en las
paredes rocosas del acantilado aparecen las furnas
(cuevas), cuevas marinas que se originan por el continuo desgaste que genera la
fuerza del oleaje.
La fragilidad
del acantilado a la constante arremetida de las ondas depende de la combinación
de varios factores. La naturaleza del material geológico, la topografía del
terreno, la cantidad de lluvia, la presencia de fracturas en la roca y la orientación
de esta en relación con el mar, así como el grado de exposición de la pared
rocosa al oleaje, son variables cuya combinación determinan la morfología de
las cuevas marinas.
En este
sentido, las partes más blandas y débiles del acantilado se degradarán más
rápidamente que las rocas próximas, y es en ellas donde se originan, poco a
poco, las cuevas, que evolucionarán desde estados incipientes a verdaderas
cavidades que se meten en la tierra.
Ilustración de cómo se crea una cueva marina |
Furna A Regocha |
En ocasiones,
el techo de la cueva se derriba, dando lugar a impresionantes huecos en el
terreno. En este tipo de cuevas se origina un pozo o conducto vertical que
conecta la superficie con el fondo de la cueva. Ejemplos de eso son las
cavernas de Ollo Grande, A Regocha y Ollo Pequeno, todas ellas localizadas en O Seixo Branco.
Vista de como el agua se cuela por los orificios de las cuevas y crea bonitas fuentes en días de temporal |
La escasez de
luz reinante en las cuevas limita el crecimiento de organismos fotosintéticos,
por lo que sólo unas pocas plantas podrán vivir en estos ambientes. No
obstante, constituyen un ambiente de especial importancia, ya que aves como el cormorán
moñudo, con un elevado interés científico y conservacionista, elige lugares
como este para instalar a su nido.
Las furnas constituyen un hábitat de interés
comunitario, bajo la denominación de cuevas
marinas sumergidas o semisumergidas (código 8330).
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