Como ya venimos hablando de la innumerables posibilidades de
realizar excursiones en la Reserva Natural
de las Salinas de Ibiza y Formentera, os detallaré una de ellas:
La excursión a la torre de Sa Sal Rossa, también llamada
torre des Carregador, es una de las que puede disfrutar toda la familia.
Se construyó en el siglo XVI, con el objetivo de defenderse
de los ataques piratas. Ésta torre con capacidad para 200 personas servía para
resguardar a los habitantes de la zona y a los trabajadores de la Salinera.
Se encuentra en bastante buen estado de conservación después de haber sido reconstruida su
antigua estructura y se vuelve
imponente así como nos acercamos a ella.
Dejamos el coche a una buena distancia, para poder disfrutar
del camino que lleva hasta ella, rodeado de savinas, andando entre la
naturaleza
Nos sorprende que se pueda acceder a su interior y mediante
las escaleras de caracol del interior, llegar hasta la parte superior para
disfrutar de las vistas.
Al fondo la isla de Formentera, a la izquierda Playa d’en
Bossa y la ciudad amurallada de Dalt Vila, con el casco antiguo y el castillo.Si
nos giramos hacia la derecha, las Salinas y el aeropuerto único y principal de
la isla.
Al pie de la torre de Sa Sal Rossa se encuentra una
pequeñísima playa de piedra con casetas varadero, conocida como La Xanga.
La Xanga |
Las casetas varadero que se encuentran en toda la costa de
la isla de Ibiza, son pequeñas excavaciones artificiales en la roca natural, a
modo de cueva, que utilizan los pescadores para guardar sus pequeñas
embarcaciones y los enseres de la pesca.
Paseando por delante de los varaderos, coincidimos con un
pescador, que llega y nos enseña su captura
Captura del día, pescada a volantín desde su llaut |
También nos muestra los interiores de su caseta varadero, la
mayor parte de ésta excavada en la roca, y en cuanto entramos notamos el cambio
de temperatura del interior al exterior. El pescador nos explica que siempre
suele estar a la misma temperatura, y que en verano resulta fresquita y en
invierno cálida, aunque húmeda por la proximidad del mar.
Se trata en realidad de una cueva excavada en la roca y allí
él guarda su pequeña embarcación, un llaut ( tipo de embarcación tradicional en
la isla) heredado de su padre, que también fue pescador.
Mientras entablamos conversación con él, y nos enseña sus
enseres de pesca, mi hija mira fascinada
un pulpo que todavía mueve sus tentáculos y parece querer escapar del cubo de
pesca.
Aprovechamos su amabilidad y cercanía para hacernos una foto
con el pescador y su señora y nos
marchamos dándoles las gracias por mostrarnos todo el saber popular de la gente
de la mar y transmitirnos el respeto que les merece ya que les da
sustento.
Así ponemos broche a un interesante día, en el cual hemos
combinado cultura popular y medioambiental . Nos vamos a casa, cansados después de un día intenso, pero
satisfechos.
En próximas entradas visitaremos otra torre fortificada que
se encuentra dentro del Parque Natural de Ses Salines, que es la torre de Ses
Portes. Nos vemos allí!!
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