Segunda jornada:
Y casi sin agujetas!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
A las ocho de la mañana del día 2
me desperté casi sin agujetas, se ve que estirar me vino bien para reducirlas,
además de haber comido y cenado lo que debía, pasta. Me tomé un ibuprofeno, por
lo que pudiera pasar y me puse camino de Riópar. La senda al igual que el día
anterior estaba bastante bien señalizada en un principio.
Aunque no del todo, pero esta
parte de la excursión de este día rodeaba el valle del Arroyo de las Marinas,
hasta llegar en un ligero ascenso a la Vereda de Siles, donde las marcas de GR
empiezan a desaparecer. La pista se va transformando en una senda espectacular
sobre el valle del río Tus, hasta que poco a poco entra en el Calar del Mundo.
La excursión de este tramo del
Calar es larga, con subidas y bajadas no muy pronunciadas y donde se puede
observar la morfología de un calar perfectamente, con sus depresiones y algunas
fuentes.
Desde el momento que entré en el
calar anduve relativamente perdido, relativamente, porque aunque sin llegar a
estarlo, no seguía las marcas del sendero, hasta que llegó un punto donde
encontré una y allí me perdí del todo. Durante una hora anduve por un valle que
no era el que correspondía con la ruta y gracias a la plaza de toros del pueblo
de Cotillas que veía desde lo alto pude orientarme y saber que mi camino se
encontraba dos crestas hacia la derecha.
Como iba sin prisas y tranquilo,
decidí orientarme bien y no girar 90º, sino ir avanzando hasta cruzarme con él
y sinceramente la pérdida mereció la pena, porque descendí por un vallecito muy
bonito que desembocaba en una pista con una fuente muy chula.
Ya por el sendero correcto seguí
avanzando por el valle que desemboca en el mirador de los chorros, a partir de
aquí este tramo ya lo había hecho cuando descubrí este sendero. Desde aquí ya
todo era descenso y pude comprobar una vez más la importancia de seguir
correctamente las marcas y no realizar atajos a menos que se conozca bien el
terreno. Me encontré con unos senderistas que querían llegar y que se habían
pasado el mirador de los Chorros por atajar, les estuve indicando y después de un ratito llegué al aparcamiento
del puerto del Arenal. Allí descansé un poquito y después seguí.
Llegué al campamento de San Juan
y aquí que la bajada se hacía más empinada pude comprobar que la anécdota del
día anterior de que los dedos me chocaran contra la puntera de la bota, ya no
me hacía tanta gracia y que empezaba a dolerme, pero poco a poco fui
descendiendo hasta que a las 17h y un poco cansado llegué al hotel Riópar, eso
sí, después de chuparme el sendero de interpretación del río Mundo, por listo,
al saltarme las marcas del GR.
Después de que en el hotel no
consintieran darme ni un bocadillo, fui a comprar algo para curar las ampollas. Más tarde cené y me acosté.
Otras etapas :
¿Lo de la primera foto es una salamandra? De esas no he visto por aquí.
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