sábado, 9 de abril de 2016

TRIBUTO A...CHARLES DARWIN

1. Nací hace mucho tiempo.
2. Me licencié en Teología.
3. Tuve 10 hijos con mi prima.
4. Me gusta viajar.
5. Robert Fitzroy fue mi jefe.
6. He viajado por todo el mundo.
7. Piensas como yo.
8. Mi raza de perro favorita es el Beagle.
9. Una teoría lleva mi nombre.
10. Soy el Padre del Evolucionismo.

Itinerario realizado por Darwin embarcado en el Beagle.

Nacido en el seno de una familia acomodada, hijo de entre 6 y padre de otros 10 niños.
Nunca dominó el arte del estudio y aunque comenzó a cursar medicina terminó licenciándose en Teología o, como lo llamaban por entonces, "Bachiller en Artes".
Casi de rebote acabó embarcándose en el Beagle, nave que recorrería los mares del Mundo durante casi 5 años y que resultaría decisivo para el propio Darwin pero, sin duda alguna, en la visión de los seres vivos e incluso de nosotros mismos.
Esta es la historia de un hombre que supo y estuvo dispuesto a cambiar y, nunca mejor dicho, a evolucionar.
Viajero de 22 años dedicado al estudio geológico, acabó convirtiéndose en el naturalista oficial de uno de los navíos científicos más trascendental de todos los tiempos.

En esta entrada no pretendo repasar obra y milagros del genio, pues ríos de tinta han corrido ya, sino más bien destacar como un hombre, a priori sin grandes dotes, de mentalidad cerrada, creyente y defensor del fijismo, llegó a revolucionar su época cambiando el prisma a través del que mirar el mundo.

A) Aprovechar la oportunidad. El hito que desencadenó los avatares de su destino fue tomar la difícil y arriesgada decisión de enrolarse en una expedición de la que no sabía si volvería. En ella tuvo que superar mareos y agonías e incluso alguna enfermedad tropical y otros achaques que arrastraría hasta el fin de sus días.

B) Observar. El mundo a tu alrededor. La variedad de ecosistemas, pueblos y culturas que le mostraron los viajes dilataron su mente hasta remover los cimientos de su creencia. Para ello hay que estar dispuesto a observar, escuchar y dilucidar. Solo siendo consciente de los pequeños detalles, como que los hallazgos fósiles eran muy similares a las criaturas actuales a diferencia de su tamaño, o el parecido entre especies separadas por miles de kilómetros de océano.

C) Superar y aprender. De cada revés, de cada obstáculo en el camino. Darwin supo aprovechar cada encontronazo con la muerte para aprender de ella, ante un pequeño tsunami, una cruenta guerra o un gran terremoto, él podía sacar una valiosa lección a cerca de la relación entre las personas o los procesos geológicos.

D) Pasión y perseverancia. Toda una vida dedicada a un propósito, a una creencia, a una pasión por la que seguir luchando, una batalla que ganar en pro del bien, del saber y de la verdad.

C) Miedo. Por último, cabe destacar el enfrentamiento frontal y directo contra toda creencia social racional de la época. Sin miedo al rechazo y a los continuos reproches de locura o herejía. Sin miedo al fracaso, sin esperar resultados, solo con la dedicación diaria a un particular y el saber hacer se obtienen jugoso frutos.

Solo con estos valores podrás llegar a forjar tu destino, que podrá cambiar la historia o contribuir a ella, pero que sin duda impregnará de importancia todo aquello que toques.

Si Charles Darwin fue un importantísimo naturalista, destacado por sus descubrimientos y teorías, "absurdas y herejes", fue gracias a que detrás hubo un hombre con unas características todavía más grandes que supo aprovechar para pasar a formar parte de la historia.

Su legado pasó a la historia, sus experimentos con guisantes o cobayas se siguen estudiando en los colegios, su visión evolucionista se sigue aceptando. Si sus resultados fueron los esperados, sigamos sus pasos.

Si no hay dudas, no hay progreso
Charles Darwin 1809-1882

A. Morcillo Marín

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