lunes, 23 de noviembre de 2020

Un tesoro dulce para el navegante

 

La Cueva de la Fuente, conocida también con el nombre de Cova des Moro, es sin duda uno de los elementos geográficos más destacables de la isla de Sa Dragonera.
En sus alrededores, entre los olivares, un centenar de tumbas de época romana fueron destruidas para preparar la tierra para sembrar. Un poco más hacia el interior, la Cueva de la Fuente se adentra una veintena de metros hasta una balsa que antiguamente se usaba para abastecer a la isla de agua potable.
 
Hay evidencias arqueológicas que demuestran, que la cavidad era conocida por los navegantes desde tiempos muy remotos, ya que su utilización para el abastecimiento de agua, junto a la laguna se encontraron trozos de jarras, asas, tiestos de otras épocas y alguna joya arqueológica llagada del Mediterráneo Oriental.

 

Entrada cerrada al público a la cueva
Fotografía propia

Uno de los hechos principales se da en 1595 donde Binimelis documenta unas posibles obras en el acceso de la cueva para rellenar dicha fuente e impedir el acceso a los musulmanes.

Según la hipótesis que se desarrolla a lo largo de este trabajo, el topónimo Dragonera está directamente vinculado a la existencia de la cueva de la fuente; de manera que es en realidad la cueva la que da nombre a la isla.

Las dos principales pruebas en que se fundamenta esta hipótesis son: la abundancia de hidrónimos similares a Dragonera alrededor del Mediterráneo occidental, así como la utilización de la palabra tracones, en el latín medieval con un significado muy próximo a conductos subterráneos. Por consiguiente, sería la existencia en la isla de una valiosa traconaria, que permitía el aprovisionamiento de agua dulce a los barcos, el auténtico origen del topónimo Dragonera.

Agua dulce, este ha sido el tesoro más vital, especialmente para los navegantes, ya que el mal tiempo podía mantener muchas semanas lejos de la costas Mallorquinas. La Cueva del Moro es una profunda cavidad (30 metros) al fondo de la cual se encuentra un lago, del que ha bebido el Rey Jaime I, Dragut, Barba Roja y miles de marineros. Su acceso es dificultoso, la bajada a la cueva con cuerdas y antorchas era una pequeña aventura para conseguir el agua.  En 1580 las autoridades hicieron tapar la entrada con una gran roca para impedir el acceso a los piratas.



Geológicamente, es una prolongación de la Serra de Tramuntana, y reproduce a pequeña escala los rasgos estructurales básicos de la misma, inclinada hacia el sureste y con acantilados al noroeste. La composición de sus rocas es calcárea y da lugar a un paisaje cárstico típico, con numerosas grietas y algunas cavidades de cierto interés. De hecho, uno de los principales atractivos que ha tenido históricamente para el hombre, es la existencia de una sima con agua potable en su fondo, a unos 25 metros de profundidad. Esta cavidad es la Cova des Moro.



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