martes, 14 de octubre de 2014

LOS MONUMENTOS DE AIZKORRI-ARATZ: HAYAS TRASMOCHAS



Hoy voy a hablar sobre el haya trasmocha, una técnica centenaria de aprovechamiento forestal que nos ha dejado paisajes singulares en el País vasco. Esta técnica se ha llevado a cabo con distintas especies como robles, castaños o sauces; pero es sin duda el haya (Fagus sylvatica) la más característica en estas tierras.

Un pequeño bosque de Hayas trasmochas en el Parque Natural de Aizkorri-Aratz


Se ha documentado que en el País Vasco la madera del Haya apareció hace unos 8000 años, y ya hace 5000-4000 años los hayedos formaban masas importantes en esta zona. Ancestralmente los hayas tenían un uso alimentario humano: Los hayucos se comían como si fueran pipas o asadas, las hojas jóvenes se comían para aprovechar ciertos alcaloides alucinógenos y como aporte de vitaminas y proteínas. El Aceite del hayuco también es otra de las prácticas alimentarias en toda la antigua Europa.


Acercándonos ya a la vida moderna los usos que ha tenido el haya han sido diversos, destacando entre ellos el uso para alimentario animal, el uso para combustible, el uso para fabricación de barcos, para abono, productos químicos… Y en la época de la industrialización, en el siglo XIX, vivimos un capitulo oscuro en la historia de nuestros bosques. La acción secular humana talaba bosques enteros y plantaba extensos monocultivos de coníferas para sacar carbón y para la construcción.

Matarrasa llevada a cabo en una plantación de Pinus Insignis
Centrándonos otra vez en los trasmochos, por lo visto, su origen está en una práctica que se inició desde antiguo en Bizkaia y Gipuzkoa para evitar las ventas forzosas de arbolado a la Marina en el Siglo XVI, ya que ante la necesidad de construcción de barcos de guerra para la Armada, la Corona practicaba la expropiación de arbolado, fijando el precio que consideraba oportuno. (“El Ayer y el hoy del haya trasmocha”. Samuel Álvarez Rubio)

Las expropiaciones supusieron una buena razón para generalizar la práctica del trasmoche en la juventud del árbol pero sin ser guiados. De este modo crecían árboles de troncos cortos y con ramas retorcidas, que proporcionaban madera que no alcanzaba las longitudes ni formas deseadas, y que contenían excesivos nudos para la construcción naval con ello se conseguía eludir las necesidades madereras del estado.

Los árboles viejos esconden mucha fauna

Hay que decir que hoy en día en el Parque Natural de Aizkorri-Aratz aún Se conserva una buena extensión de bosques originales, especialmente hayedos calcícolas y acidófilos, así como marojales. A este tipo de formaciones corresponde cerca de la mitad del 40% del área, siendo muchos de ellos trasmochos.

La situación actual, es la pérdida de estas prácticas culturales, el turno de aprovechamiento y los propios usos de esa madera se han abandonado y ahora se gestiona el hayedo mediante aclareos sucesivos. Por ello nos encontramos con los árboles que todos conocemos, árboles con forma de candelabros con ramas de grandes dimensiones  son los llamados “TRASMOCHOS INTERRUMPIDOS”. Esta peculiar configuración de las hayas dota al bosque de una personalidad y belleza singular. Siendo Árboles que son verdaderos monumentos, ya que son testigos de una cultura y forma de vida desaparecida.


Árboles (Fagus sylvatica) marcados para cortar. Técnica de aclareos sucesivos.
A continuación dejo un link de un breve vídeo sobre el “Proyecto LIFE: Árboles trasmochos".  (Está en euskera y en castellano). Simplemente, os dejo disfrutando de estos paisajes y yo empezaré a elaborar la siguiente entrada donde trataremos temas mas espirituales... saludos.



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