Por un lado una creciente erosión
afecta a gran parte de la vertiente sur de esta sierra, debido a las
acusadas pendientes, como a la naturaleza margosa del terreno que han
propiciado el creciente avance de los procesos erosivos, desde pequeñas
cárcavas y barranqueras en las pendientes más escarpadas, hasta los “Badlands”
de la base, que presentan un paisaje torturado y casi desprovisto de vegetación
por la acción erosiva del agua de escorrentía.
Por otro
lado nos encontramos con la vertiente norte cubierta con un espeso manto
arbolado de carrascales, sabinares y pinares.
Los bosques
de carrasca se presentan en manchas aisladas en las umbrías y cumbres de los
picos de La Pila y Los Cenajos. Aunque no se encuentran en su estado maduro,
pueden dar una idea de la vegetación que cubría originalmente gran parte de la
sierra. El pino carrasco domina la vegetación arbórea.
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