El marjal es un conjunto de ecosistemas
acuáticos y terrestres (ríos, praderas sumergidas, sierras, carrizales y
junqueras) que, con la existencia de áreas dedicadas al cultivo tradicional del
arroz y al pastoreo controlado, ha condicionado una flora rica y variada en la
cual encontramos plantas endémicas o amenazadas, cuya presencia en los
ecosistemas acuáticos es un indicativo de alta calidad ambiental.
Las formaciones vegetales que conforman el
paisaje de la Marjal de Pego-Oliva son de gran interés biológico, tanto por su
valor intrínseco como por ser el refugio y hábitat natural óptimo y exclusivo
de una fauna excepcional. En las zonas de montaña se encuentran algunos
endemismos de área de distribución muy amenazada. La vegetación está adaptada a
unas condiciones ecológicas concretas relacionadas con la dinámica de
inundaciones y desecaciones cíclicas.
La flora del
marjal está determinada, tanto por las características biogeográficas y
físicas actuales del territorio como por las que hubo en el pasado. La
vegetación es consecuencia de las condiciones ecológicas y la actividad humana.
El ecosistema de marjal, se encuentra
integrado por numerosos microecosistemas, ríos, acequias, lagunas temporales,
carrizo, prados higrófilos y cultivos, las formaciones vegetales encontradas en
cada uno de ellos depende de las condiciones de iluminación, temperatura,
humedad, salinidad, pH, fauna… de cada uno de ellos.
Además las diferentes unidades de vegetación
vienen determinadas por el nivel del agua superficial o freática y por las
fluctuaciones de este nivel a lo largo del año, además de que la acción del
hombre puede hacer variar estas comunidades.
Las principales formaciones vegetales donde
se incluyen las especies más características, pueden determinarse en 4 grupos:
1.
Vegetación acuática flotante: Representa el
ambiente acuático permanente. La dinámica de las aguas, el nivel del agua y la
calidad de esta determinan el tipo de vegetación. Estas comunidades vegetales
están integradas por plantas macroscópicas que viven total o parcialmente
sumergidas, bien flotando o suspendidas en el agua. Cabe destacar entre otros: Lemna
gibba, Lemna minor , Lemna trisulca.
Lemna gibba |
2.
Vegetación helofítica: Representa el ambiente
anfibio, veredas de los ríos, acequias y lagunas de poca profundidad, y también
en terrenos inundados de poca profundidad. Destacan: Thypha angustisfolia,
Phragmites australis, Scirpus lacustris, Sythrum salicaria, Alisma plantago-aquatica,
Lycopus europaeus, Samolus valerand, Phragmites australis subs. Altísima,
Arundo donax, Epilobium hirsutum, Galium palustre, Cladium mariscus, Oenanthe
lachelanii, Apium nodiflorum, Nasturtium officinale, Gliceria plicat, Sythrum
salinica, Tris Pseudacoru.
Galium palustrre |
Scirpus lacustris |
3.
Vegetación acuática sumergida, se
desarrollan en tierras superficiales higrófilas que pueden inundarse durante
algún tiempo. Son el apoyo de
innumerables invertebrados y pescados y constituyen la base de la alimentación
de hozas y patos buceadores Cabe destacar: Potamogeton nodosus, Potamogeton
pectinatus, Myriophyllum verticillatum, Ceratophyllum submersum, Chara
globularis, Chara hispida, Chara vulgaris, Nytella hialina, Tolypella
glomerata, Ranunculus peltatus subs. Bandotii, Ranunculus trihophyllu,
Utricularia vulgaris.
Potamogeton nodosus |
4.
En la restinga se conservan cordones dunares
con vegetación natural presentándose las comunidades Cakiletum aegyptiaca,
Agropyretum mediterraneum, Medicago marina, Ammophiletum arundinacea.
Medicago marina |
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